El gobierno intenta cubrirse diciendo que la pobreza y la indigencia en esa zona existen desde hace 500 años. ¡O sea que el gobierno "nacional y popular" mantiene esta situación que viene del Siglo XVI! La "redistribución de la riqueza" queda hecha trizas ante la cruda y triste realidad.
El gobierno miente y tapa las estadísticas. Aunque el propio Capitanich tuvo que reconocer que ya se murieron 1.873 niños (Página 12, 11/9).
4 de cada 10 menores de cinco años sufren "malnutrición", nacen con anemia, retraso de crecimiento, exceso de peso y están más propensos a contraer enfermedades severas o daño cerebral o muscular. Mientras sus madres, a su vez, son anémicas (un tercio de ellas). De esa forma, esos niños sufren un 12% más de riesgo al fracaso escolar, con su correspondiente problema para la posterior inserción laboral.
Cristina quiso aprovechar la muerte del niño sirio para decir que esas cosas acá no ocurren. Esta revelación le vuelve a dar una bofetada al relato K.
El gobierno va a disponer más de 6.000 millones de dólares en estos días para pagar la deuda externa. Está claro. Prioriza a los usureros internacionales, antes que destinar esa plata para evitar más muertes por desnutrición.
El desprecio por la vida es intrínseco a la política oficial. Los pueblos Qom está acampando en la 9 de Julio desde hace 7 meses sin que la presidente les brinde siquiera una audiencia. "Queremos que nos reciba antes que se vaya", piden.
Para erradicar la desnutrición y para que millones sean sacados de la pobreza y la marginación social, hay que implementar otro plan económico, opuesto al actual, como proponemos desde el Frente de Izquierda.