La multinacional yanqui de alimentación, que incrementa su facturación y ganancias año a año, pretende hacer pasar 600 despidos de su planta Florida (Vicente López) como fruto de una crisis. Empresa, gobierno y sindicato, tratan de despedir a cientos de obreros dispuestos a defender sus derechos y sacarse de encima una comisión interna combativa. Los trabajadores respondieron contundentemente con la ocupación de la planta.
El 21 de junio los trabajadores encontraron la planta cerrada y un cartel que anunciaba la “relocalización de su producción en otro establecimiento” y que los empleados quedaban “liberados de prestar servicios”. Los 600 operarios de la fábrica que produce snacks y otros alimentos, que tiene una posición líder en el mercado, se quedaban en la calle.
Pepsico tiene el objetivo de desprenderse de sus empleados y de la comisión interna combativa, pero lo disfraza detrás del “Procedimiento Preventivo de Crisis”, un protocolo que las patronales utilizan para despedir trabajadores a bajo costo, con el aval del gobierno y en acuerdo con el sindicato. Pero la empresa facturó en 2016 a nivel global 10.000 millones de dólares y un ocho por ciento (800 millones de dólares) provenientes de sus filiales latinoamericanas, en donde la de Argentina es una de las estrellas en producción y ventas. No existe ninguna crisis, como lo resaltan los trabajadores, quienes calificaron el cierre de planta como “fraudulento”.
Hace años vienen denunciando el vaciamiento de la planta Florida (con cierre de líneas de producción, retiros voluntarios, etcétera), para trasladar la producción a otra planta en Mar del Plata, donde las condiciones de trabajo son más precarias, con mayores ritmos de producción y peores salarios. O seguir produciendo en Florida pero incorporando nuevos obreros flexibilizados y sin comisión interna, en sintonía con las políticas pro patronales impulsadas por el gobierno de Macri.
El sindicato de la Alimentación, con el burócrata Daer de la CGT a la cabeza, decidió entregar los puestos de trabajo sin luchar, llamando a que los obreros acepten “indemnizaciones dignas”, desestimando el pedido de un paro general del gremio y un plan de lucha hasta reincorporar a los despedidos y el aporte solidario del 2% al fondo de lucha, mandato que llevó la comisión interna al plenario realizado en la sede de alimentación.
En lo que va del año, 7.000 trabajadores del gremio perdieron sus empleos, pero Daer pide a los despedidos que expresen su bronca “en octubre en las urnas”, mientras define su apoyo a las listas que encabeza Florencio Randazzo.
En la mañana del lunes, los despedidos se reunieron en asamblea en la puerta de la fábrica. Habían votado un corte en Panamericana, medida que al final fue superada directamente por la ocupación de fábrica, votada por mayoría. Con la ocupación profundizan la lucha por las fuentes de trabajo y resisten el vaciamiento que pueda intentar la patronal. Están convocando a un plenario de apoyo el día viernes en el hotel Bauen, para coordinar acciones de solidaridad con su reclamo.
Izquierda Socialista está desde el primer día apoyando su lucha y reclamando la reincorporación de todos y, si Pepsico decide irse, que la planta Florida sea estatizada, controlada por los trabajadores y se utilicen las modernas maquinarias para producir, por ejemplo, alimentos para comedores escolares y populares, manteniendo así la fuente de trabajo de centenares de obreros.
Llamamos a dar el mayor apoyo a la lucha de Pepsico.
Escriben: Emanuel Barba y Martín Fú
Las bancas de Izquierda Socialista al servicio de la lucha de Pepsico Izquierda Socialista ha llevado nuestra solidaridad y acompañado todas las iniciativas votadas por los trabajadores. Docentes, ferroviarios, judiciales, estudiantes, entre otros tantos compañeros, estuvieron y los están rodeando de solidaridad. |