El 44% de los ingresos en Bariloche provienen de actividades relacionadas con el turismo. Los trabajadores del sector sufren el trabajo en negro, contrataciones laborales temporarias y rara vez se cumplen los convenios colectivos de trabajo. La desocupación en la ciudad oscila entre un 9% en temporada y un 15% en la baja. Y se calcula que entre 40 y 60 mil personas viven en los barrios del Alto. Estos no tienen conexión de gas, a pesar de las bajas temperaturas en invierno, ni cloacas, y muchos de ellos viven sin agua potable de red. En estos barrios hay comercios que fraccionan los elementos de primera necesidad como la yerba, el azúcar y la harina en cantidades menores al paquete comercial de 1kg. La política del kirchnerismo ha sido el clientelismo electoral y no se diferencia casi en nada del método aplicado durante décadas por el radicalismo, donde se suceden con un municipio fundido y una provincia ausente de políticas que den respuesta a las necesidades del Alto.
Pichetto, en reiteradas oportunidades, ha dicho que el tema de la inseguridad en Bariloche se resuelve con la Gendarmería patrullando, y el gobernador "K" Weretilneck (mientras hace sus grandes negociados con Lewis y la Megaminería) oscila entre minimizar los exabruptos de la intendenta y dar una imagen de combatir a la maldita policía y el gatillo fácil, a declarar la necesidad de aumentar las medidas represivas como las penas más duras a los menores que delinquen. Viaja por la provincia entregando patrulleros y equipos, hablando de profesionalizar la policía, cuando la realidad es que de 6 mil efectivos provinciales, 4 mil no tienen el secundario finalizado. Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda ha denunciado constantemente este doble discurso K y que existe una estructura policial represiva intacta funcionando con métodos propios de la dictadura militar. Los asesinatos de Bonefoi, Cárdenas y Carrasco en 2010 en Bariloche, de Garrido en El Bolsón y la desaparición de Solano en Choele-Choel en 2011 lo respaldan. Las verdaderas intenciones de la intendenta de Bariloche, de Pichetto y del gobernador de Río Negro, es mantener su aparato policial intacto para el continuismo represivo y mantener el control sobre el descontento social. Contra eso luchamos y pedimos el voto por el Frente de Izquierda.