Guillermo Moreno fue echado del gobierno por el tremendo repudio popular que concentra su figura, que se expresó contundentemente en las elecciones del 27 de octubre. Por si hacía falta alguna confirmación, el diputado ultrakirchnerista Kunkel dijo: “Hemos leído atentamente el resultado electoral, perdimos un millón de votos, por eso hicimos todos estos cambios” (Perfil, 21/11). Más allá de que a Kunkel le falla la calculadora, ya que los votos que perdieron fueron muchísimos más, su “sincericidio” echa luz sobre las causas de la salida del patotero Moreno.
Es importante decir también por qué Moreno es una figura tan odiada por amplísimos sectores de masas. Fue secretario de Comercio desde 2005, impulsado por Néstor Kirchner. Por sus modos más cercanos a los de un gangster que a los de un funcionario de gobierno, se lo quiere presentar a Moreno como un duro con los empresarios. Pero más allá de los roces que tuvo con algunas patronales, su verdadera dureza la descargó contra los trabajadores y el pueblo.
Veamos sólo 2 ejemplos. Durante su gestión los precios tuvieron alzas siderales, sobre todo la de los productos de la canasta familiar. Las subas de precios fueron gigantescas durante los ocho años de Moreno como secretario de Comercio. Llegando a puntos absolutamente obscenos, como el kilo de pan a 26 pesos. La única política que sostuvo Moreno para “frenar” la inflación durante todos estos años fue barrerla debajo de la alfombra. Así fue como desde inicios de 2007 instaló en el Indec una intervención al mando de la obsecuente Beatriz Paglieri que, secundada por una nutrida patota, se encargó de manipular las cifras de inflación que difunde dicho organismo. Persiguiendo a todos los trabajadores que denunciaron la manipulación, la intervención de Moreno dibujó mes tras mes cifras irrisorias, llegando al ridículo de sostener que hoy una persona en nuestro país puede comer todo un día con seis pesos.
La alegría que despierta la salida del patotero Guillermo Moreno no puede hacernos perder de vista que esto no significa que el gobierno vaya a cambiar el rumbo. En el Indec siguen instalados la intervención y la patota que llevó adelante sus planes durante casi siete años. Y fue ratificada en su cargo de secretaria de Comercio Exterior una de sus principales espadas, Beatriz Paglieri. Se confirma así lo que muchas veces hemos sostenido desde estas páginas y que hoy ratifican con sus dichos muchos kirchneristas: el problema no son los modales de Guillermo Moreno, sino las políticas del kirchnerismo. Como dijo el propio senador Aníbal Fernández: “Los secretarios de Estado, en todas partes del mundo, hacen lo que los presidentes les dicen, no lo que se les antoja” (Pagina 12, 21/11).
Llamamos a seguir luchando contra la inflación y los formadores de precios. Por la eliminación del IVA de la canasta familiar. Por aumento de salarios y jubilaciones. Y para que se vaya toda la patota de Moreno del Indec, por estadísticas confiables y para que se reincorpore todo el personal desplazado, entre ellos a nuestra compañera Marcela Almeida.