Estas terminaron con acuerdos inferiores a las necesidades salariales y presupuestarias, pero por encima de lo que querían Cristina y los gobernadores, con promesas de más fondos como el “Fondo Escuela” para infraestructura y comedores en Buenos Aires. Y con una docencia unida en la lucha y predispuesta a seguir.
En Buenos Aires, con la inflación, el acuerdo se demostró ya miserable. Al punto que la mayoría de los docentes pensaron que el aumento no había entrado en su liquidación. Además, otra vez miles de docentes no cobraron, una situación desesperante. Los Suteba Multicolor y autoconvocados nuevamente organizaron marchas a La Plata el 16/5 por el cobro (¡todos los que fueron lograron que ingrese su salario al sistema!), el 21/5 por infraestructura y comedores y el 9 de junio por IOMA. Se está organizando un nuevo plenario provincial de delegados opositores para debatir cómo retomar la lucha. Se exige el adelanto ya del pago de agosto y un nuevo aumento. Y que se declare la emergencia educativa.
El sistema educativo estalla por todos lados. Debe volver a ser responsabilidad indelegable del gobierno nacional el sostenimiento financiero y salarial de todo el sistema educativo. Menem lo “provincializó” y el kirchnerismo mantuvo esa aberración, desentendiéndose de las crisis y los reclamos provinciales. Se permitió el avance de la escuela privada, subsidiándolas y becando pibes, mientras las públicas se caen a pedazos. La crisis social y la violencia entran a esas cajas de resonancia social que son las escuelas, sin una mínima estructura que pueda actuar y ayudar a los pibes y sostener a los trabajadores de la educación.
Hay que aumentar al 25% del presupuesto nacional la plata para educación y terminar con el negocio de la escuela privada. Así se podrá comenzar a atacar la gravísima crisis de la escuela pública. Y exigir a Ctera y a los gremios provinciales que se pongan al frente de esta lucha, mientras seguimos coordinando todas las acciones necesarias para lograrlo.