Mientras se vota en los barrios controlados por Assad, en las zonas liberadas llueven barriles explosivos y artillería contra civiles y combatientes rebeldes. Pero más grande que este montaje ha sido el repudio mundial que despertó. En decenas de ciudades del mundo hubo actos y manifestaciones por la caída del dictador y el triunfo de la revolución. Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI nos sumamos a los miles de activistas alrededor del mundo embanderando el obelisco de Buenos Aires (ver foto). Un combatiente rebelde dijo: “¿Ir a votar, para qué? No seré yo quien vote para dar legitimidad a Assad y que tenga carta blanca para seguir matando a gente. No... Hoy le mandaré mi voto en forma de mortero para que lo incluya en el recuento”. (El Mundo, 3/6/14).