El ajuste a la educación tiene una importante página en la situación salarial. Partiendo de la ausencia de una negociación paritaria, el gobierno discute las condiciones laborales de los más de 180.000 docentes del país en una mesa de negociación. Donde el rechazo de una oferta no tiene peso formal, como ya se mostró en las “paritarias” a 16 meses de 2013.
Los docentes no contamos con ninguna estabilidad laboral. Obligados a renovar nuestros puestos de trabajo en los concursos, corremos el riesgo de ser despedidos sin indemnización. También existen docentes contratados y monotributistas. En La Rioja existen contratos de 10 meses, a esto se le suman los miles de docentes “ad-honorem”, quienes trabajan sin salario, sin reconocimiento de las universidades ni el estado. De conjunto todos los docentes somos trabajadores precarizados.
Es así como llegamos a junio de 2014, con solo un 7% de aumento en enero. El 56% (105.000) de los docentes con cargos de dedicaciones parciales, ganan por debajo de los $3.000. Y el cargo testigo, ayudante de primera, semi exclusivo (equivalente al maestro de grado, al profesor secundario con 15 horas y terciario con 12 horas), gana $3.200 de básico. Son salarios de pobreza.
Esta situación produjo un estallido en los docentes. Iniciado en la Universidad Nacional de Tucumán, cuando un grupo de docentes comparaba su recibo de sueldo con el los trabajadores no docentes de la misma universidad. La gran indignación cimentó el paro por tiempo indeterminado que sostienen desde el 23 de mayo hasta hoy. Hubo un efecto contagio en las universidades de San Luis, Rosario y Río Cuarto, donde expresaron un desborde, porque las dos últimas pertenecen a la Conadu oficialista de la CTA Yasky, que fueron al paro junto a nuestra Conadu Histórica, sumándose a las medidas 27 universidades y 50 colegios preuniversitarios en todo el país. Recibiendo esta lucha el apoyo de los diputados del Frente de Izquierda, entre otros, donde este lunes 30 se hizo una audiencia pública en el Congreso Nacional con dirigentes de los docentes en huelga de varias provincias, y la presencia de los diputados Néstor Pitrola, Pablo López, Christian Castillo y Juan Carlos Giordano.
El gobierno nacional ofrece un 16,5% en junio, 10% en agosto, un compromiso de 2% en noviembre por jerarquización docente, y un 2% al 2,5% por maestrías y doctorados. Significa llevar el salario del cargo testigo a $4.220 hasta junio de 2015. Es un nuevo ajuste, firmado por las conducciones kirchneristas de Fedun, Ctera, UDA y Conadu. El ministro de Educación, Sileoni, declaró que era “un esfuerzo que hace el gobierno nacional que profundiza la inversión presupuestaria que se viene consolidando en el sistema universitario”. Una canallada.
La traición pone el debate sobre la ruptura de Rosario y Río Cuarto con Conadu, que siguen en lucha. En esta situación, desde Conadu Histórica vamos a realizar un congreso nacional el jueves 3 de julio frente al Ministerio de Educación nacional. Llamamos a rechazar la oferta y a seguir la organización docente por el 40% de recomposición salarial, $8.000 para el cargo testigo y reapertura de la negociación en febrero/marzo.