¡Hasta les tiraron gas pimienta dentro de la fábrica! Esa patota, con Pignanelli y Manrique, los burócratas del Smata y el apoyo patronal, montaron una “asamblea”, en la que no permitieron que los despedidos participaran, no aceptaron poner en debate la “solución del conflicto por los despedidos”, definiendo que el único punto a tratar era “destitución del cuerpo de delegados”. Además, patotearon a los delegados alertándoles que no los dejarían hablar. Por eso los delegados electos no participaron de la asamblea y la impugnaron. La burocracia aprovechó para destituir “casi por unanimidad” a los delegados.
Al día siguiente la empresa nuevamente los despidió, pasando por encima de todas las leyes laborales. A pesar de todos estos atropellos, los luchadores de Lear siguen reclamando la reincorporación de los 60 compañeros despedidos y se organizó una importante marcha al ministerio de Trabajo, unitaria, con el Encuentro Sindical Combativo, sectores de la CTA y partidos de izquierda.
Llamamos a seguir apoyando a los despedidos de Lear, buscando la más amplia unidad para que logren quebrar el ajuste de la patronal, el gobierno y la burocracia del Smata.