El Partido Nacional Escocés (SNP), principal fuerza del parlamento escocés y abanderado de la opción del Sí en la consulta, presenta una propuesta de independencia con serias limitaciones, pues propone mantener la libra esterlina como moneda nacional y a la Reina de Inglaterra como jefa de Estado. […]
Mientras tanto, los sectores capitalistas más importantes y transnacionalizados han formulado su posición a favor de mantener a Escocia dentro del Reino Unido. Las petroleras que operan en el Mar del Norte, las aseguradoras y la banca se han pronunciado por el voto al No. […]. La independencia de un Estado escocés dentro de la órbita de la UE […] no garantiza a los trabajadores que estarán a salvo de los planes de ajuste […] Pero sin duda crea mejores condiciones […] para defender las conquistas sociales y luchar por nuevas conquistas.
Por ello consideramos que las organizaciones obreras y de izquierda europeas deben apoyar el voto por la independencia de Escocia. La incorporación de la indexación del salario mínimo a la inflación, al programa independentista por parte del SNP puede ser un punto de partida para la elaboración de un programa propio mucho más avanzado por parte de los trabajadores escoceses, que ligue la cuestión de la independencia a otros derechos democráticos que actualmente el régimen británico niega, y que contemple la unidad de acción y la solidaridad de clase con los trabajadores galeses, ingleses e irlandeses en pos de los mismos objetivos y en contra de la Corona. Esta solidaridad de clase y las fórmulas organizativas a través de las cuales ella se exprese, para nosotros se inscribirían en la perspectiva estratégica de la abolición del capitalismo y la construcción de una Federación de Repúblicas Socialistas en las islas británicas.