Repudiamos el piso proscriptivo de las PASO. Siempre dijimos que estas internas son para beneficiar a los partidos tradicionales y proscribir a la izquierda. Sin embargo, es im- portante sacar conclusiones de por qué, con una campaña millonaria y la “maniobra electoral” de llevar cuatro boletas, el MST no llegó al uno por ciento.
El MST -que lanzó la fórmula presidencial Bodart-Ripoll el año pasado-, se presenta como “nueva izquierda”. Pero viene de impulsar en estos años a Pino Solanas; Solanas se fue con Carrió y Carrió con el PRO y la UCR. En Córdoba, el MST integró durante años listas con Luis Juez, quien ahora se unió a la UCR y al PRO de Macri.
Mientras el MST apoyaba a candidatos patronales, se constituía el Frente de Izquierda. Desde 2011, la unidad de la izquierda conquistada con el FIT fue creciendo, logrando la mayor bancada de la izquierda en el Congreso Nacional, legisladores provinciales, senadores y concejales. El MST siempre le dio la espalda al FIT. Y aspiró a unirse con Claudio Lozano, una expresión claramente de centroizquierda, a quien desafió a competir en las PASO.
El MST se la pasa criticado el “sectarismo” del FIT (¡cuando es la única izquierda que se unió!). Y se quiere mostrar como una izquierda “amplia” y “abierta”. En realidad, abandonó el programa de izquierda, haciendo una campaña en Capital completamente lavada. Su último afiche, por ejemplo, llamaba a “pincharle el globo” al PRO. “Una campaña ingeniosa”, según explicó el propio Bodart, quien auguraba salir cuarta fuerza.
Lo que hace falta es más unidad de la izquierda, no nuevas variantes de centroizquierda. Está probado: el FIT, con unidad y militancia, avanza. Llamamos a los dirigentes del MST a reflexionar y a que en las generales llamen a votar por el Frente de Izquierda.