Lejos de ser una declaración progresista o, como la pintan, de una “iglesia más amorosa, que siempre perdona”, con sus dichos, el Papa sigue revictimizando y culpabilizando a las mujeres. “El debate sobre el aborto no debería tener en cuenta lo que dice la Iglesia”, señaló Victoria Tesoriero, de la agrupación Católicas por el Derecho a Decidir.
Lo cierto es que el aborto es una práctica muy extendida en el mundo e incluso durante muchos siglos fue avalada por la misma Iglesia. Hasta en los pocos países que aun penalizan el aborto como en Argentina, se estima que el 40 por ciento de los embarazos son interrumpidos. Las mujeres de todas las edades, clases sociales y credos religiosos deciden interrumpir sus embarazos diariamente por distintas causas, a pesar de la ilegalidad. Deben luchar todos los días por ejercer su derecho a decidir sobre sus propios cuerpos y sobre sus vidas. Sin embargo, las mujeres pobres, jóvenes y trabajadoras, son las que mueren o son criminalizadas, mientras los laboratorios y las clínicas privadas lucran con la clandestinidad. Por eso tenemos que luchar para que el aborto no sea un crimen, no sea una falta, no sea un “pecado”, sino un derecho para todas por igual.
En octubre, los días 10, 11 y 12, volveremos a salir a las calles en Mar del Plata en el Encuentro Nacional de Mujeres. Tendremos allí otra oportunidad para seguir exigiendo ¡educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir! ¡Separación ya de la Iglesia del estado! Sumate a nuestra delegación: comunicate por facebook con Mujeres de Izquierda Socialista.