I
El frigorífico Arroyo, con 70 trabajadores (30 de la carne) faenaba 3000 animales al mes y producía 4000 kg de chorizos por día en una planta de 2700 m2. Los trabajadores hace 5 meses que están en conflicto por incertidumbre laboral, salarios adeudados y recientemente ocuparon la planta. Con la excusa de la barrera sanitaria, Arroyo fue vaciando la empresa y transfiriendo los activos y bocas de expendio a otras sociedades familiares. Mientras el gobierno de Weretilneck le daba rescates económicos para salarios y el SENASA autorizaba correr la barrera para traer ganado en pie, la patronal cambió la problemática y presentó quiebra. Bajo otro nombre, Arroyo continúa con la venta ($170/kg) de carne traída de La Pampa. Ahora, Weretilneck y Arroyo operan para transferir el frigorífico a Carnes Rionegrinas, pero solo absorberán la mitad de empleados. El Frente de Izquierda (Izquierda Socialista y Partido Obrero) nos hicimos presente en la planta para solidarizarnos con la ocupación, por el mantenimiento de la fuente laboral para todos los trabajadores y por el pago de salarios adeudados.
II
En 2009, Cristina Kirchner nos vendió la nueva Ley de Medios para democratizarlos y acabar con los monopolios. El 12 de diciembre de 2012 comenzaba el primer canal mapuche Wall Kintun TV: “Es un momento histórico en la pluralidad de voces y en la democratización de la palabra” (Télam). “Wall Kintun TV le molesta a la familia Mitre y a sus socios.” (del AFSCA, en Página12). Al poco tiempo de comenzar, Wall Kintum se vio en medio de denuncias por corrupción y allí cambió la dirección y el equipo. Este año, AFSCA no renovó el aporte al noticiero y dejó de emitirse. Hace meses que no tienen fondos (aunque algunos fueron concursados) para pagar los sueldos de los 6 trabajadores del canal. El financiamiento a los medios de comunicación de pueblos originarios está en el artículo 152 de la Ley, pero para Sabbatella y Costa (AFSCA) el canal mapuche no sabe “interpretarla”. La democratización de medios de Cristina pasa por el reparto a amigos de miles de millones (desde 2009) provenientes de la pauta oficial y del Fútbol para Todos y no por dar voz a los pueblos originarios.