El Parlamento griego aprobó este viernes aumentar la edad jubilatoria y luchar contra la evasión fiscal a cambio de 2.000 millones de euros. Está previsto que en las próximas semanas se apruebe un nuevo paquete con reformas para una mayor liberalización del mercado laboral, decisiones de las que dependen otros 1.000 millones de euros.
Cabe destacar que estos miles de millones de euros no entrarán siquiera a Grecia, sino que van directamente del bolsillo del Banco Central Europeo al de los banqueros privados acreedores, o del mismo Banco Central Europeo y FMI, también a acreedores.
El sindicato GSEE, aseguró que estas reformas “incrementan los impuestos y eliminan todos los derechos laborales”, lo que conlleva “al aumento dramático del desempleo”.
Según Panagópulos, dirigente de la central, los aumentos de impuestos han asfixiado a los trabajadores y pensionistas.
El sindicato de los funcionarios, ADEDY, que no ha confirmado si se sumará a la huelga general, ha convocado ya a un paro parcial, a partir del mediodía, para el próximo miércoles.
Con esta acción, ADEDY protestará contra la reducción en un 50 % de un fondo de inversiones que los trabajadores públicos mantienen y que una vez al año les retribuye una suma de dinero según el rendimiento.
Estos hechos pueden marcar el inicio de una nueva ola de lucha de los trabajadores para derrotar el plan de ajuste, ahora impuesto por el gobierno de Syriza.
M.L.