Esto es claro y no requiere de mayores explicaciones. Pero, ¿cuáles son las razones del viaje a Cuba? Responder a este interrogante sí requiere de mucha explicación. No se soluciona con dos frases. Porque, lamentablemente, el trasfondo de este histórico viaje es la ratificación de que en Cuba sigue avanzando el proceso de restauración del capitalismo bajo la conducción de Raúl Castro. Obama viaja para apoyar ese capitalismo “a la cubana” y para avanzar con las inversiones norteamericanas en la isla.
Esta definición puede impactar o chocar con muchos trabajadores y jóvenes antiimperialistas y de izquierda que siempre han tenido a Cuba como un referente de lucha por el socialismo. La realidad es que desde hace más de 20 años el Partido Comunista Cubano (PCC) y sus dirigentes Fidel y Raúl Castro vienen abriendo la economía a las inversiones extranjeras e instalando un sistema de empresas mixtas. De esta forma han seguido el camino abierto por China de restauración del capitalismo. Desde ya la dirección cubana ha venido escondiendo esta realidad argumentando que ellos están “actualizando el socialismo” para hacerlo “próspero y sustentable”. Lo mismo dicen los dirigentes comunistas de la dictadura china mientras gobiernan explotando a su pueblo para las multinacionales. Esto no es socialismo.
La realidad cubana desmiente las mentiras de Raúl Castro y el PCC. Desde hace años están instaladas en Cuba multinacionales europeas y canadienses e inversores de otros países. En el rubro hotelero, por ejemplo, ya están los grupos extranjeros Meliá, Barceló, Iberostar, Accor, entre otros. En níquel opera desde 1992 la multinacional canadiense Sherrit. En tabaco, desde 1994, se formó Habanos SA, mixta con la española Altadis, que es propiedad de un grupo inglés. El ron Havana Club está asociado con la francesa Pernod Richard (propietaria del whisky Chivas Regal).
La otra cara son los trabajadores cubanos que reciben salarios de entre 15 y 20 dólares. Unos de los más bajos del mundo. En un país donde las huelgas y las protestas están prohibidas, los sindicatos son oficiales y hay un régimen de partido único.
El acuerdo de Obama con Raúl Castro busca terminar con la ausencia de empresarios e inversiones norteamericanas. Por eso Obama está jugado a este pacto y se propone que terminen los restos del bloqueo. Parte del pacto es la nueva ley de inversiones, aprobada en Cuba en abril de 2014, que autoriza la instalación de empresas 100% de capital extranjero y que la emigración cubana podrá hacer negocios en la isla como personas jurídicas o naturales.
Gracias a ello, por primera vez desde la revolución de 1959, se va a instalar una fábrica de tractores de Estados Unidos en Cuba sin necesidad de asociarse con el estado. O sea, no será mixta. Se va a ubicar en la zona del puerto de Mariel, una zona franca que han preparado para la instalación directa de empresas privadas (ver más datos en Clarín 16/2/16). La otra apertura son los 30 vuelos diarios que habrá entre Estados Unidos y Cuba, 20 a La Habana y 10 a otras ciudades, solo de empresas norteamericanas aerocomerciales.
“La compañía telefónica estadounidense AT&T y las cadenas hoteleras Starwood y Marriott anunciarán pronto acuerdos para hacer negocios en Cuba, según adelantó ayer el diario The Wall Street Journal. ́Somos optimistas de que vamos a obtener pronto luz verde del gobierno estadounidense para tener hoteles bajo la bandera Marriott en Cuba`, explicó Tom Marder, portavoz de Marriott, quien confirmó que Arne Sorenson, presidente de esta cadena hotelera, viajará a Cuba del 20 al 22 de marzo” (Página 12, 12/3/16).
Ya existen algunas empresas estadounidenses que están actuando. Western Union tiene 220 locales abiertos desde hace años, Airbnb, ya ofrece alquilar apartamentos y casas particulares para hacer turismo; la compañía telefónica IDT y las compañías de celulares Sprint y Verizon Wireless ya ofrecen servicios en la isla. La visita de Obama apunta a consolidar esta apertura de negocios en Cuba.
Aunque ya solo queden restos del embargo impuesto en los años sesenta por los EE.UU., seguiremos apoyando el histórico reclamo del pueblo cubano por su total abolición y por la restitución del territorio de la base de Guantánamo.
Como repudiamos la presencia de Obama en Argentina también decimos que su presencia en Cuba no llevará nada a favor del pueblo cubano. No habrá ningún progreso con las multinacionales, la inversión extranjera y la restauración del capitalismo avalada por Raúl Castro. En Cuba está planteada la lucha por salarios dignos, por el derecho a la protesta, terminar con el régimen de partido único y por recuperar las conquistas logradas con la revolución socialista.