Por otra parte, el NO se impuso en las principales ciudades de Turquía, como Estambul, Ankara, Smirna (aquí el NO ganó por casi el 70%) y Diyarbakir.
Además fue un referéndum realizado bajo estado de excepción y un recorte brutal de las libertades democráticas. Erdogan aprovechó el fallido golpe de estado del pasado mes de julio para anular y reprimir toda oposición: decenas de miles de presos y detenidos, más de 100.000 despedidos, centenares de medios de comunicación y asociaciones cerradas. Prohibió la huelga de metalúrgicos y persigue a los sindicatos. Desató una brutal guerra en el Kurdistán, con cientos de muertos, miles de heridos y de desplazados, disolvió 10 gobiernos municipales y detuvo a doce diputados del HDP (el Partido de Democracia del Pueblo, alianza pro kurda) y decenas de alcaldes y concejales.
Con este referéndum tramposo Erdogán pretende concentrar plenos poderes, consolidando su semidictadura antipopular. Los resultados del mismo indican que continuará la crisis política y la resistencia de los trabajadores y el pueblo, especialmente los kurdos, al régimen. Llamamos a redoblar la solidaridad internacional con los trabajadores y los pueblos de Turquía y a derrotar los planes de Erdogan.
M.L.