Antes de la masacre de Once, los ferroviarios del Sarmiento hicieron todas las denuncias posibles ante el Congreso, el gobierno y los organismos de control para evitar un posible “Cromañón ferroviario”. No los escucharon. Si lo hubieran hecho, tal vez se evitaban 52 muertos y 800 heridos.
El fatal 22 de febrero de 2012, cuando una formación sin frenos se estrellaba en Once, nuestra actual diputada de Izquierda Socialista y delegada ferroviaria del Sarmiento, Mónica Schlotthauer, ayudaba a auxiliar a los heridos y denunciaba al entonces secretario de Transporte, Schiavi, que en una conferencia de prensa hablaba de “un error humano”. Cuando el kirchnerismo quería encubrir los subsidios millonarios de De Vido para la patronal de TBA y los Cirigliano y el desguace privatizador del ferrocarril, ¿dónde estaban Macri, Carrió y Massa?

Lo mismo pasó después con todas las marchas que hicieron los familiares de Once. Siempre fueron acompañados por los ferroviarios, organizaciones de usuarios y sociales, periodistas, personalidades y la izquierda. Nunca se vio a los actuales diputados ni funcionarios del gobierno de Cambiemos que ahora posan contra la corrupción.

Contra las políticas de entrega, vaciamiento, ajuste y corrupción siempre la izquierda y el sindicalismo combativo van a estar presentes. El único camino para que los corruptos vayan a la cárcel y se terminen sus negociados, será con la movilización. Luchando por otro modelo alternativo como el que defiende la izquierda. Ese es nuestro compromiso. Una clara diferencia entre “la moral de Macri y la nuestra”, como dijo Giordano en Diputados.

Macri sigue adelante con los negocios de De Vido

La obra faraónica del soterramiento del ferrocarril Sarmiento fue licitada por De Vido en beneficio de la multinacional corrupta Odebrecht y de Iecsa, la empresa de Calcaterra, el primo de Macri. El presidente dispuso por decreto 45.000 millones de pesos para darle continuidad mientras siguen los muertos por falta de señalización, como ocurrió en estos días. La semana pasada hubo una audiencia pública para avalar un estudio ambiental adulterado que da rienda suelta a la construcción de dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz. Un negociado que De Vido pactó con una empresa corrupta china y bancos de ese país por 4.700 millones de dólares, y con Electroingeniería, ligada a los K. En esa audiencia, tanto De Vido como Aranguren defendieron la obra a pesar de las denuncias de decenas de ambientalistas, expertos y pobladores de Santa Cruz. Solo desde nuestra banca nos hicimos presentes para repudiar el hecho (ver intervención completa).

Cristina con De Vido

De Vido se defendió diciendo que todo lo que hizo fue bajo las órdenes de Néstor y Cristina y en acuerdo con los gobernadores e intendentes. Los diputados del Frente para la Victoria (FpV) lo defendieron y abrazaron después de la votación.

La ex presidenta y candidata a senadora apeló al “silencio” sobre el tema. No usó sus tuits ni largas cartas en Facebook como solía hacer. Su silencio es una clara complicidad con su “mano derecha” en los negocios corruptos. Votar a Cristina, lejos de contribuir a “frenar el ajuste”, es votar por De Vido.