Es la primera vez que un primer ministro israelí visita oficialmente nuestro país desde la fundación del Estado de Israel en 1948, lo que revela la intención del gobierno de Macri de estrechar relaciones con este Estado racista y terrorista. De hecho, Netanyahu vino acompañado de empresarios israelíes para cerrar un acuerdo de venta de armas y sistemas de vigilancia por más de 200 millones de dólares, en el marco del Tratado de Libre Comercio Mercosur-Israel firmado en 2006 por los gobiernos “progresistas” de Brasil, Argentina y Uruguay.
El proyecto sionista sintetizado en el lema “un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo”, viene ocupando ilegítimamente desde hace más de setenta años la tierra palestina y ejecutando sobre su población originaria una verdadera limpieza étnica, paralelamente con la fragmentación y militarización de los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza (convertida en la “cárcel a cielo abierto” más grande del mundo), la expansión de las colonias israelíes y la implementación de un estado de apartheid similar al que existió durante décadas en Sudáfrica.
Desde su juventud, Netanyahu ha participado activamente, como militar y funcionario del gobierno, y en particular en los últimos ocho años como primer ministro, en la ejecución de este genocidio y robo de tierras y recursos. A lo que hay que agregar que enfrenta acusaciones de corrupción en su propio país.
Juan Carlos Giordano, diputado nacional de Izquierda Socialista-FIT, presentó en el Congreso un proyecto de declaración de repudio a la visita de Netanyahu que le valió el ataque de diversas instituciones judías y periodistas de grupos mediáticos alineados con el sionismo, denunciando a la izquierda de antisemita. A esta acusación respondemos que nuestra corriente de izquierda siempre se opuso al odio irracional a los judíos y combatió las políticas antisemitas de regímenes aberrantes como el nazismo, por lo que también fue perseguida y confinada en campos de concentración. No aceptamos el falso argumento que asimila antisemitismo con antisionismo para encubrir los crímenes del sionismo.
Por todo esto es que junto con nuestro repudio a este criminal de guerra, socio del imperialista racista y xenófobo Trump y de los regímenes dictatoriales de Medio Oriente, también expresamos nuestro apoyo incondicional a la lucha del pueblo palestino y le exigimos al gobierno de Macri que rompa relaciones diplomáticas, militares, comerciales, culturales y académicas con el Estado sionista. Reafirmando que solo con un Estado único, laico, democrático y no racista en Palestina podrá haber paz en la región.