El gobierno de Mauricio Macri obtuvo un triunfo aplastante en las elecciones legislativas del domingo pasado, alcanzando el 42% a nivel nacional y ganando en los grandes distritos. De este modo podrá encarar con mayor comodidad las negociaciones con los bloques peronistas “opositores” para avanzar con las reformas que ya había anticipado. Nos preguntamos: ¿la gente lo votó para que le bajen el sueldo, o para que cuando proteste la repriman? 

En primer lugar, es necesario aclarar que hay fracciones del electorado (empresarios, clase media alta y alta) que votan convencidos a Cambiemos en función de sus intereses. Son sectores de derecha que votan la rebaja de salarios y la mano dura para la protesta social. Pero sin dudas, también hay amplios franjas de trabajadores que le dieron equivocadamente su voto. ¿Se trata de un “giro a la derecha” de esa franja social? Desde Izquierda Socialista seguimos insistiendo que no, que se trata de un “voto-castigo” que expresa el hartazgo por el kirchnerismo. Detengámonos a analizar el porqué.

Doce años de gobiernos kirchneristas dejaron el país con un 30% de pobreza, con la mitad de los chicos y adolescentes pobres. Mientras hablaban de un “proyecto nacional y popular con inclusión”, gobernaron para sus empresarios amigos, los bancos y las multinacionales (como Barrick, Benetton, Chevron y Monsanto). Mientras “dibujaban” índices truchos desde el Indec, millones fueron privados de acceso a la vivienda propia y a infraestructura y servicios básicos de calidad, mientras padecían la “inseguridad” de las mafias del narcotráfico, las redes de trata y la militarización de los barrios populares. Mientras los K festejaban el desendeudamiento de los centros financieros internacionales, en realidad seguían con la “bola de nieve” del endeudamiento externo y los pagos de intereses. Hablaban de transparencia pero llevaron la corrupción a un nivel descomunal, responsable de masacres sociales como Once. Mientras Néstor bajaba el famoso cuadro de Videla y se autoproclamaban abanderados de los derechos humanos, ponían al represor Milani como jefe del Ejército, endurecían la legislación represiva y reprimían la protesta social.

Pero además, en este año y medio de Macri en el gobierno, los diputados de las distintas variantes peronistas le votaron todas las leyes del ajuste; sus gobernadores e intendentes no dudaron en aplicarlo y reprimir como en Santa Cruz; y sus burócratas sindicales pactaron una “tregua” para frenar cualquier medida de fuerza y se borraron de las luchas más importantes, como AGR-Clarín y PepsiCo. ¿Cómo no van a estar hartos de kirchnerismo y peronismo amplios sectores de trabajadores, mujeres y jóvenes? ¿Cómo no van a querer castigarlos en las urnas para que no vuelvan a gobernar? Lamentablemente, a pesar de que muchos de ellos están sufriendo el ajuste de Macri, hubo trabajadores que votaron por Cambiemos equivocadamente.

¿Entonces? Por un lado tienen razón los trabajadores que afirman que no se puede esperar nada de un gobierno “de derecha” como el de Macri, pero, del mismo modo, tampoco se puede seguir confiando en gobiernos de “doble discurso” como el de Cristina, que dicen una cosa y hacen todo lo contrario por sus pactos con empresarios amigos, los ricos y el imperialismo. El pueblo trabajador debe dejar de confiar en cualquiera de estas variantes patronales y comprender que tampoco es salida votar a unos para castigar a otros, porque en el fondo todos gobiernan para los intereses de nuestros enemigos.

La salida es enfrentar el ajuste y a la vez fortalecer el Frente de Izquierda, la única alternativa política que viene denunciando y luchando de manera consecuente contra unos y otros. Por eso convocamos a ser parte de su construcción a través de Izquierda Socialista, para salir juntos a dar las peleas contra el ajuste y las reformas de Macri, fortalecer el sindicalismo combativo en los sindicatos y lugares de trabajo, luchar con las mujeres por el Ni Una Menos y contra las violencias machistas, y por el Nunca Más contra la impunidad de ayer y de hoy, redoblando esfuerzos en lo inmediato por verdad y justicia para Santiago Maldonado.