El gobierno de Macri insiste en ponerle un techo a las paritarias de 15%, sin cláusula gatillo. En concreto, los trabajadores veremos una vez más cómo la inflación (que cualquier analista económico garantiza que no bajará de 20% en 2018) se comerá nuestro salario. Los que sí tendrán cobertura frente a la inflación serán los acreedores de una deuda que sigue creciendo cual bola de nieve.
El gobierno acaba de lanzar la semana pasada un nuevo bono que le garantiza a quienes lo adquieran un 3,75% anual por encima de la inflación. Así nos endeudamos de un saque en 70.481 millones de pesos (3.500 millones de dólares).
Esto se suma a los 9.000 millones de dólares de nuevo endeudamiento con que el macrismo había “debutado” en 2018, lo que hace que en apenas dos meses la deuda haya crecido 12.500 millones de dólares. Y ahí no terminará, ya que el plan del gobierno es seguir tomando nuevos créditos por casi 20.000 millones más.
El gobierno paga tasas usurarias (las más altas del mundo), pone cláusulas gatillos para que los acreedores queden cubiertos cualquiera sea la inflación y, lo peor, cada vez pagamos más de intereses, de un dinero que sale de despidos en el Estado, salarios de hambre, tarifazos y escuelas y hospitales que se caen a pedazos.
El endeudamiento, con todas estas garantías para los pulpos acreedores, ya se acerca peligrosamente a los 400.000 millones de dólares. Una hipoteca imposible de levantar, que empobrece a nuestro pueblo mientras le da millonadas a los parásitos que viven de la especulación financiera internacional. Por eso insistimos: la única salida es dejar de pagar ya mismo esa inmoral deuda externa, poniendo todos esos recursos al servicio de las más urgentes necesidades populares de salario, trabajo, salud, educación y vivienda.
J.C.