Escribe Juan Carlos Girodano
La Comisión de Moral de nuestro partido ha sido votada por unanimidad por todos los delegados en el V Congreso de Izquierda Socialista. Está integrada por compañeras y compañeros con una militancia de décadas, portadores de una tradición intachable en su accionar moral, probada en la lucha de clases y en la construcción del partido. Algunos de sus integrantes han ingresado a nuestro partido en la década del 60, otros posteriormente, sufriendo algunos la cárcel o habiendo desarrollado su actividad militante en las duras peleas en plena Triple A de los años 70 o bajo la dictadura genocida de 1976.
La Comisión de Moral se encarga de abordar las denuncias sobre cualquier conducta inapropiada para un militante revolucionario, de cualquier tipo, sean en sus actividades militantes o en su conducta personal. Es una comisión especial de nuestro partido independiente de su conducción nacional, en cuya integración no puede haber ningún miembro de la dirección partidaria, para asegurar que cualquiera de sus miembros pueda ser sancionado si viola la moral revolucionaria.
En estos años ha habido por parte de algunas organizaciones una difamación que ha circulado en redes sociales cuestionando la moral revolucionaria de nuestro partido y a nuestra Comisión de Moral, comparándonos, burdamente, por ejemplo, con la moral de la curia de la Iglesia Católica. Nuestro partido sostiene una moral opuesta a la “moral” repugnante de esa cúpula eclesiástica y del conjunto de la burguesía. Ellos tienen una moral hipócrita, de doble discurso, antiobrera, antimujer y, de última, antihumana.
La trayectoria de Izquierda Socialista está ligada a la moral revolucionaria de nuestro partido antecesor, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), con más de cien militantes asesinados y desaparecidos que dieron la vida por el socialismo. Esa es nuestra moral que vamos a defender hasta el final.