Escribe Gabriel Massa
Los salarios y jubilaciones están cada vez más hundidos, con un 100 por ciento de devaluación del peso en doce meses y una inflación cerca del 45% anual. Los banqueros y los grandes exportadores del campo y la industria se llenan de plata a costa de la miseria creciente de los trabajadores y el pueblo. Tenemos que unir ya mismo todas las luchas obreras y populares en un paro nacional de 36 horas y un plan de lucha para terminar con el ajuste de Macri y el FMI.
La bronca y las luchas de los trabajadores obligaron finalmente a la burocracia de la CGT a llamar a un paro nacional para el 25 de setiembre. Por otra parte, los dirigentes de las CTA y Moyano propusieron que esta sea por 36 horas, comenzando el lunes 24 con una movilización a Plaza de Mayo.
La convocatoria al paro es fruto de la presión que crecía desde abajo. No era lo que tenía en mente la conducción cegetista hace apenas unos días. Venían priorizando mantener la tregua con el gobierno. Hasta avalaron el pacto de entrega de Macri al FMI, sentándose a la mesa con Lagarde. Que ahora se vean obligados a convocarlo es producto de que crecen las peleas y se masifican, con las multitudinarias movilizaciones en defensa de la educación, de los trabajadores del Astillero Río Santiago, los de Luz y Fuerza de Córdoba, los choferes de la línea 60, los empleados del ministerio de agro-industria y tantos otros.
El paro nacional es más que necesario, y que sea de 36 horas y con movilización es lo que veníamos exigiendo desde el sindicalismo combativo inmediatamente después de la huelga anterior del 25 de junio, cuando lo reclamábamos como su continuidad. Pero es evidente que el 25 de setiembre, dada la crisis y el mayor ajuste que acaba de anunciar el gobierno, queda muy lejos en el tiempo. Los burócratas de la CGT fijaron esa fecha para “darle tiempo al gobierno” y ver si se abre alguna negociación.
Pero las necesidades de los trabajadores y el pueblo son exactamente las opuestas. ¡No podemos esperar más! Cada día que pasa es un día más que tiene Macri para profundizar el ajuste acordado con el FMI en beneficio de los banqueros y los grandes empresarios. Es un día más que se hunden los salarios y jubilaciones. Son decenas y centenares de despidos más. Son escuelas y hospitales públicos que se cierran. ¡Las conducciones sindicales, tanto de la CGT como de las CTA tienen que adelantar la fecha del paro y la movilización!
Tal como viene diciendo el sindicalismo combativo (ver declaración en esta misma página), tenemos que impulsar desde abajo el reclamo de un paro nacional de 36 horas ya y el lanzamiento de un plan de lucha. Que enfrente el feroz ajuste de Macri y el FMI y reclame medidas de emergencia ante la crisis. Con un aumento de salarios y jubilaciones que sea igual a lo que se devaluó, con la reapertura de todas las paritarias y exigiendo que de ahora en más se indexen según la inflación. Con prohibición de despidos. Y exigiendo que se deje de pagar la deuda externa y se pongan todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares.
Hoy la bronca explota por todas partes. Son miles los que salen a la calle a luchar. Por eso tenemos que exigir el adelantamiento del paro general, que sea por 36 horas y con movilización a Plaza de Mayo y todas las plazas del país. Tenemos que debatir esto con todos nuestros compañeros de trabajo, en todos los conflictos y movilizaciones, hacer asambleas donde sea posible, reuniones de activistas, sacar pronunciamientos de los cuerpos de delegados. En suma: todo lo que sirva para organizar y fortalecer la medida. Tomar el paro general y la movilización en nuestras propias manos, como un primer paso de un auténtico plan de lucha para derrotar el ajuste de Macri y el FMI.