Escribe Gabriel Massa
Dieciocho gobernadores, incluyendo siete mandatarios provinciales peronistas, firmaron la “adenda al Pacto Fiscal”, que es una de las bases fundamentales del proyecto de presupuesto de Macri que se votará el 24 de octubre en el Congreso, y del brutal ajuste acordado con el FMI.
El peronismo en sus diversas variantes proveerá al gobierno de Macri de los diputados que le faltan para aprobar el proyecto. Cambiemos tiene 108 y aspira a que la oposición peronista le garantice unos 20 más. Y que el resto de sus diputados, entre abstenciones y ausencias, permita al gobierno salir con el proyecto aprobado.
Se dividen los roles y se aprestan a jugar el circo parlamentario. Massa se pasea por Estados Unidos mostrándose como el candidato “de recambio” confiable para el imperialismo. Acá, mientras tanto, los diputados de su sector (el Frente Renovador) tratan de disimular su complicidad con el ajuste, planteando que el gobierno envíe un nuevo proyecto de presupuesto que incluya las nuevas pautas acordadas con el Fondo. José Ignacio de Mendiguren, ex jefe de la Unión Industrial y principal referente del massismo en la Cámara de Diputados, lo decía con todas las letras en un reciente reportaje en Página 12: “Hay que retirar ese proyecto de presupuesto y armar uno nuevo en función de las pautas que ellos mismos han convenido con el FMI. […] Yo no voy a estar entre los que dicen voto en contra. Quiero darle la oportunidad de que me traigan el presupuesto para que yo analice algo que pueda votar”.
Los legisladores que responden a Urtubey y a Schiaretti, en cambio, se aprestan a votar a favor junto con Cambiemos, sin disimulo. Otros diputados peronistas criticarán el proyecto, para terminar absteniéndose en nombre de la “gobernabilidad” con la excusa de que “no se puede dejar al gobierno sin presupuesto”.
Los kirchneristas, por su parte, tendrán el rol de reparto de lanzar encendidos discursos en contra. Kicillof pidió que se “rehaga el presupuesto y se presente uno nuevo”. Claro que, al mismo tiempo, uno de los posibles candidatos presidenciales por su sector, Agustín Rossi, afirma que si ganan en 2019 respetarán los acuerdos con el FMI, mientras que Alicia aplica más que ningún otro gobernador la política de ajuste en Santa Cruz.
Una vez aprobado en Diputados, el sainete se repetirá, de idéntica forma, en la Cámara de Senadores.
Nada podemos esperar de esta oposición patronal: el peronismo en todas sus variantes y con sus distintos matices le está dando al gobierno y al FMI el sostén y el respaldo que necesitan para descargar todo el peso de la crisis y el ajuste sobre el pueblo trabajador.
Tal como lo decimos desde el Frente de Izquierda y el sindicalismo combativo, lo que necesitamos es salir a pelear ahora mismo contra el ajuste. Empezando por una movilización masiva el 24 contra este presupuesto, impulsando la exigencia de un paro general de 48 horas y un plan de lucha para derrotar el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores. El rol del peronismo como “opositor” nos muestra la necesidad, más que nunca, de construir una nueva alternativa política para la clase trabajadora, tal como lo postulamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda.