Escribe Horacio Gallegos, secretario de Acción Social – SUOEM Ushuaia

En Tierra del Fuego estamos atravesando similares situaciones que en el resto del país, con un gobierno que generó muchas expectativas y, con el correr del tiempo, comienza el desencanto de los trabajadores y el pueblo en general.

Haciendo memoria, atrás quedó el gobierno de Bertone, del Frente  para la Victoria, objetado por el mal manejo de los recursos y el despilfarro, con un tribunal de cuentas cuestionado y sospechado por su ligazón directa con el gobierno. Estuvo al servicio de un grupo reducido de empresarios y amigos, con salarios de hambre congelados durante cuatro años, una caja de jubilaciones saqueada (blanqueando su deuda), la obra social al borde de la quiebra y la persecución a los trabajadores y dirigentes con el armado de causas por resistir el modelo Macri/Bertone, con métodos de la dictadura.

Nos encontramos hoy con un gobierno de “coalición” donde confluyen distintos intereses pero con un mismo objetivo, gobernar para una minoría. La pandemia dejó al descubierto la falta de una política integral de salud. Con insuficientes recursos, escasa atención de los infectados y la poca información a la comunidad generaron el avance de la enfermedad, situación por la que el gobierno responsabiliza a la comunidad “porque no se cuidaron, porque hicieron reuniones festivas”, etcétera, deslindando su verdadera responsabilidad. A tal punto, que nos encontramos en la actualidad como una de las provincias con mayor cantidad de contagios.

A los trabajadores del puerto se los convocó para la descarga del barco pesquero “Echizén-Marú”, donde estaba la tripulación infectada con el virus. Obviamente, los trabajadores preocupados por entender que la carga podría estar infectada, reclamaron a la patronal y al gobernador un protocolo de salud, pidiendo recursos y capacitación para el personal. Hasta el momento, el gobierno no dio a conocer ningún plan de prevención y control de las patronales del puerto para proteger no solo a los trabajadores sino a la comunidad en general. Esto demuestra que, si no hubiera sido por los trabajadores portuarios que hicieron el llamado de alerta, hoy estaríamos con la posibilidad de un nuevo foco de contagios en Ushuaia.

Los trabajadores de la salud también vienen reclamando por la falta recursos e insumos de protección ante la realidad de que ya hay infectados entre ellos. Si bien en esta provincia se fabrican respiradores en la fábrica Mirgor, no se cuenta con la infraestructura hospitalaria necesaria. Y las últimas noticias señalan que se exportarán ochocientos respiradores, cuando en varias provincias los están reclamando. En definitiva, quedaron al descubierto la crítica situación del sistema de salud pública y la política para los negocios.

El gobierno utiliza con los trabajadores los mismos métodos represivos que el anterior, coartando la libertad sindical a quienes cuestionan su política. Un ejemplo de ello es el haber sacado un dirigente gremial de la casa de gobierno y luego detenido por diez policías, por estar hablando con sus compañeros del COE por no contar con un protocolo, siendo que esta institución es la que debe fiscalizar a la población.

Las patronales, como en el resto del país, utilizan la pandemia para suspender y despedir, chantajean con el cierre de fábricas, como la Textil Río Grande, donde los trabajadores resisten retiros voluntarios (despidos encubiertos), que serían pagados en doce cuotas, o el caso de Ambasador, fábrica metalúrgica de Ushuaia, donde los trabajadores tomaron la planta reclamando sueldos adeudados, por retenciones de cuotas alimentarias, entre otras irregularidades.

En la Legislatura están muy cómodos, no se los ve como cuando venían a pedir el voto en campaña. Esto parece ser el principio de una receta ya conocida por nosotros: políticos preocupados por las ganancias patronales de las diferentes cámaras (comercio, turismo, petroleras, pesqueras, etcétera, recibieron subsidios del Estado) y no por resolver la pérdida de fuentes de trabajo.

Es necesario organizarnos para resistir el ajuste del gobierno, los empresarios, los partidos patronales cómplices y los sindicatos amigos. Tenemos que construir la solidaridad entre los trabajadores creando empatía con las luchas, organizando unidad y resistencia.