Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
El gobierno de Alberto Fernández decidió rebajar 1% la coparticipación de impuestos a la Ciudad de Buenos Aires para destinar esa plata al pago del aumento que le acaba de otorgar a la policía bonaerense. Larreta, por su parte, repudió la quita y apelará a la Corte. Hay fuego cruzado mediático entre ambos gobiernos. Uno, el nacional, diciendo que le saca a los distritos más ricos para darle a los más pobres, y el otro, de Larreta-Macri, de Juntos por el Cambio, afirmando, como lo hizo Patricia Bullrich, “mi defensa está con los tres millones de porteños”. Los dos mienten, porque tanto el gobierno nacional como el de la Ciudad vienen usando la plata de la recaudación para beneficiar a las grandes empresas y multinacionales y fortalecer el aparato represivo, no para los trabajadores, los jubilados y el pueblo. Sin ir más lejos, cuando Macri aumentó los fondos para CABA lo hizo para pagar el traslado de la Policía Federal a la Ciudad. Y ahora Alberto Fernández hace lo mismo para pagar el aumento a la bonaerense de Berni y fortalecer el aparato represivo con más patrulleros y policías como si eso resolviera la inseguridad. Esa es su prioridad.
Fernández dijo: “Todas las políticas que nosotros tomamos no son en perjuicio de nadie sino pensadas en favor de las mayorías argentinas y necesitan auxilio del Estado para crecer y avanzar”. ¡Pero manoteó plata de la Ciudad para aumentarle a los policías mientras se la niega a los profesionales de la salud, a los hospitales y los estatales! Dijo también: “Acá estamos quitando la abundancia de algunos para distribuirla en las carencias que existen en la Argentina”. ¿Acaso esa plata que le saca a la Ciudad es para construir viviendas populares para que miles de bonaerenses no tengan que ocupar un pedazo de tierra a riesgo de ser reprimidos para poder levantar, aunque sea, una choza con nylon o madera? Nada de eso.
Fernández habla de la “opulencia” de la capital y de “equilibrar un país con muchas desigualdades”, pero lo que está haciendo es un manotazo de ahogado para seguir con el doble discurso de que está gobernando para los más vulnerables. En las últimas décadas el peronismo lleva veintisiete años gobernando la provincia de Buenos Aires. En ese lapso aumentaron la pobreza, el hambre, los asentamientos precarios y la marginalidad social, no fueron solo Macri y Vidal. Hoy, entre desocupados y subocupados tiene 25%, 40% de jóvenes sin trabajo y 36% de trabajadores en negro. ¿De qué reparación está hablando Alberto Fernández con esta medida?
Lo mismo vale para Larreta. Cuando el jefe de Gobierno habla de defender a los porteños debería aclarar que se trata de los bancos, las multinacionales, los ricos y los mercaderes del negocio inmobiliario que viven en la Ciudad, no de los trabajadores. En todos estos años de gobierno de macrismo y PRO en CABA la pobreza y la indigencia aumentaron sideralmente, lo mismo que las personas en situación de calle, en un “distrito rico” con trabajadores pobres, jóvenes precarizados, salarios de pobreza y hospitales vaciados.
Esta pelea entre Alberto Fernández y Larreta es la misma que libran ante la reforma judicial, Macri puso a los jueces a su servicio cuando gobernó y ahora Alberto Fernández quiere hacer lo mismo. Nada progresivo hay entre ambos.
Cuando los gobiernos patronales dicen que “manejan o disponen plata de la Ciudad o de la provincia” mienten. Esa es la plata de los trabajadores. No hay distritos “ricos o pobres”. Lo que hay es una Argentina rica en naturaleza, alimentos y recursos naturales, pero los distintos gobiernos de turno la han postrado en la miseria y la decadencia, poniendo sus presupuestos nacionales y provinciales al servicio de pagar la deuda externa, cumplir con el FMI y subsidiar a las grandes patronales. No se salva nadie, desde Alfonsín, pasando por Menem, De la Rúa, Néstor y Cristina Kirchner, Macri y ahora Alberto Fernández, más allá de sus matices y discursos. Todos les perdonaron impuestos a los de arriba y se los aumentaron al pueblo trabajador, radicales, peronistas o de PRO. Fue el propio Alberto Fernández quien retrotrajo la reducción del IVA que Macri estuvo obligado a tomar en forma desesperada al final de su mandato. Fernández dijo apenas asumió que no veía bien bajar el IVA. Estamos hablando del impuesto más impopular del mundo, que pagan tanto (21%) un trabajador o un jubilado como un gran empresario. O que se mantenga el impuesto al salario, Ganancias, contra millones de trabajadores. ¿Alguien los ve pelear a Fernández y Larreta por ver cómo cambiar algo de todo esto? No.
Un trabajador tiene que laburar la mitad del año para pagar impuestos. Mientras, los grandes evaden, tienen 400.000 millones de dólares en el exterior y hasta el día de hoy ni siquiera se les ha aplicado un verdadero impuesto especial y progresivo a las grandes riquezas y ganancias a los bancos, los grandes empresarios y las multinacionales, como propone el Frente de Izquierda. Y, por supuesto, tanto el peronismo gobernante como Juntos por el Cambio han coincidido en pagar una deuda externa usuraria a los bonistas y ahora al FMI. Esas son sus prioridades.
No hay que dejarse engañar. De la pelea Alberto-Larreta nada bueno hay para el pueblo trabajador. Por eso hay que luchar por medidas de fondo, como sostenemos desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad.