Entre el 15 y el 17 de octubre se llevó a cabo el acampe de las y los compañeros de enfermería frente al Congreso de la Nación. La convocatoria estuvo impulsada por los sectores autoconvocados de la enfermería de la Ciudad de Buenos Aires y contó con el apoyo de algunas asociaciones y sindicatos del sector, como la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE) y el Sindicato de Trabajadores de Enfermerìa (Sitre), así como de distintos espacios de enfermeros y enfermeras de distintas provincias. Los reclamos se centraron en el reconocimiento profesional, el aumento de salarios y las licencias a las compañeras y compañeros de riesgo y el pase a planta permanente.
Durante tres jornadas, cerca de centenares de enfermeros sostuvieron un acampe para demostrar que el reclamo es nacional y que, pese a la traición de las distintas conducciones sindicales burocráticas, existe una imperiosa necesidad de avanzar en la coordinación de los distintos espacios de organización y lucha existentes en el país.
El enorme esfuerzo realizado por quienes sostuvieron el acampe, concurriendo luego de cumplir sus jornadas laborales en la primera línea de combate a la pandemia, es reflejo de lo masivos y sentidos que son los reclamos. Desde distintos hospitales se organizaron colectas para poder costear el sonido, las banderas, gazebos y toda la infraestructura. Cada uno y cada una es parte en este proceso de autoorganización que viene enfrentando no solo la falta de respuesta de los distintos gobiernos, nacional, provincial y de la CABA, sino las persecuciones e incluso la represión, como sucedió el pasado 21S frente a la Legislatura de la Ciudad.
Un párrafo aparte merece el accionar de los sectores nucleados en ATE ligados a la conducción nacional de Cachorro Godoy, que llevaron adelante en simultáneo una protesta frente a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad generando una división que solo puede ser funcional a quienes vienen negando derechos a la enfermería. Una vez más este sector prioriza sus lazos con el gobierno de Alberto Fernández y le da la espalda a las trabajadoras y los trabajadores.
Es evidente que en la lucha por conquistar los reclamos del sector son muchos los obstáculos que se interpondrán. Es fundamental seguir desarrollando la organización desde abajo con la máxima democracia para garantizar que cada decisión refleje al conjunto de trabajadores y trabajadoras del sector. Sabemos lo difícil que es realizar asambleas en el marco de la pandemia, pero sobre todo frente al hostigamiento de las direcciones de los hospitales y de gremios patoteros y propatronales como los municipales del Sutecba. Pero para triunfar es imprescindible hacer los mayores esfuerzos para tomar las decisiones entre todos y todas.
Este miércoles 21 de octubre se realizará un nuevo acampe frente a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad convocado por una decena de sindicatos y asociaciones profesionales del AMBA, la Cicop, de los profesionales de la provincia de Buenos Aires, que impulsan y apoyan la lucha de enfermería. No así Sutecba ni la Asociación de Médicos Municipales que hacen mutis por sus compromisos con el gobierno de Cambiemos de Horacio Larreta.
Desde Salud en Marcha creemos que hay que fortalecer la pelea hasta que triunfe, buscando la mayor coordinación de todos los sectores del equipo de la salud que hoy reclaman por sus derechos y empujando desde abajo, desde cada hospital o centro de salud para garantizar la mayor unidad en la lucha y la masividad en las acciones. En el horizonte se avecina un nuevo 21 de noviembre, Día de la Enfermería, hacia el cual debemos apuntar todos los esfuerzos en pos de una masiva jornada de lucha en todo el país.
Salud en Marcha