Escribe Guillermo Sánchez Porta
Este martes 10 de noviembre se realizó la jornada nacional de lucha impulsada por el Encuentro Nacional de sindicatos, seccionales, directivos y agrupaciones docentes.
El gobierno nacional de Fernández, a través de su ministro de educación Trotta y el Consejo Federal de Educación decidió, finalmente, que todas las provincias del país pueden regresar a clases presenciales cuando lo decidan. Sobre la base de un “semáforo” del Covid-19, definen que en las provincias o ciudades con estado “amarillo” o “verde”, van a regresar a la presencialidad.
Lo que antes sólo decían Larreta y su ministra Acuña de CABA, ahora ya es unánime entre Trotta, Kicillof y todos los gobernadores del país. Anuncian que desde estas semanas van a volver a clases todos los chicos del país, que ya regresamos, gradualmente, a la normalidad.
¿Qué hay de cierto en esto? Todo es una enorme irresponsabilidad y una campaña política. Por un lado, quieren hacer creer a la población que las clases regresan y se termina el último rincón de la cuarentena sanitaria. Esto dejaría a docentes, estudiantes y sus familias con el enorme riesgo de contagio y la posibilidad de una nueva explosión de la pandemia. No hay ninguna posibilidad de retomar clases presenciales, sin este riesgo. Y el gobierno lo sabe. Por eso lo que van a tratar de hacer es que grupos de 8 a 10 estudiantes se reúnan con un docente en “burbujas” educativas, vayan a la escuela por dos horas a realizar actividades recreativas. Una o dos veces por semana. ¡Esto no tiene nada que ver con “normalidad” ni regreso a clases! Esto es arriesgar la salud, para “hacer como si tuvieran clases”.
Pero, ¿por qué hacen esto el presidente y los gobernadores? Por un lado, quieren instalar que ya está todo bajo “normalidad”. Que las madres y padres que no pueden ir a trabajar presencialmente porque los hijos no van a la escuela, ya no sean excusados y tengan que ir o serán despedidos. Quieren que las escuelas privadas justifiquen el cobro de las cuotas, entonces que los alumnos al menos vayan un mes, unos días. Y, sobre todo, quieren que quede instalado que en febrero, pase lo que pase con la pandemia, todos van a volver a la escuela.
Son tan absurdos los decretos que sacaron de regreso, que Trotta deja en mano de los gobernadores la decisión. Estos en manos de los intendentes. Y estos en manos de las directoras de escuela, quienes ya informaron que sólo será voluntario para docentes y alumnos. Todos saben que las escuelas no están en condiciones de infraestructura ni sanitarias para el regreso.
Por eso, lo que estamos exigiendo es que el gobierno invierta urgentemente dinero para que se garantice la educación pública virtual, con conectividad gratuita y entrega de computadoras a alumnos y docentes. Y se arreglen ya las escuelas. Mientras, seguimos diciendo que con pandemia, no volvemos a la presencialidad.
Por otro lado, la docencia está sufriendo salarios de pobreza, falta de trabajo de miles de docentes que no fueron nombrados en todo el 2020 y súper explotación de los que sí están trabajando, a toda hora, con internet, con muchísimos más alumnos que los que corresponden, etcétera.
Ante todo esto, la burocracia sindical de Alesso y Baradel de Ctera y las listas Celeste de todo el país, cuestionan la falta de condiciones para el regreso a clases, pero dejan correr los aprietes a docentes para presentarse. Y, sobre todo, avalan la política de ajuste salarial y laboral de Fernández y los gobernadores, acordando las paritarias con ellos y no llamando a la lucha.
Por eso, los sindicatos opositores encabezados por Ademys CABA, Suteba Multicolores bonaerenses, Amsafe Rosario, Adosac Santa Cruz, Sute Mendoza, AGD Formosa y directivos de las minorías de ATEN Neuquén o Agmer Entre Ríos, han empezado a coordinar declaraciones y acciones, como la importante jornada del 10/11. Con paros, actos, caravanas, radios abiertas, en cada provincia se protestó contra la política del gobierno y se exigió plata para educación pública, no para el FMI. Además, que Ctera y los sindicatos provinciales, salgan a la lucha.
El acto más importante fue una fuerte caravana de Ademys y los Suteba Multicolores, en CABA que culminó en el Ministerio de Educación de la Nación.
Llamamos a darle continuidad a esta coordinación y a apoyarnos en los directivos, estudiantes secundarios y familias, para que juntos rechacemos la irresponsabilidad de Fernández y los gobernadores.