Escribe Claudio Funes
Con la llegada de la misión del FMI se aceleran los tiempos de la comisión bicameral del Congreso encargada de la redacción del proyecto de ley sobre los futuros aumentos para los jubilados. El gobierno anunció que lo enviará al Congreso para su aprobación. La decisión se concretó en una reunión en el Ministerio de Economía entre Martín Guzmán, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe de la bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner, entre otros. Esta ley, que regirá a partir de 2021, no será ninguna solución, mantendrá las jubilaciones de miseria y continuará con el saqueo al bolsillo de los jubilados que hoy realiza el gobierno del Frente de Todos por decreto. Esta es una de las exigencias del Fondo Monetario que el gobierno peronista se compromete a cumplir.
Las pretendidas diferencias dentro la comisión bicameral son falsas, carecen de toda seriedad. Se están discutiendo distintas fórmulas que arrojarán un porcentaje miserable de aumento para los haberes jubilatorios, pero se elude el tema central, la recomposición del haber mínimo, que hoy es de apenas 18.129 pesos, cuando la canasta básica de los jubilados ya alcanza los 49.614 pesos, según informa la Defensoría de la Tercera Edad.
En la comisión, Cambiemos propone continuar con la hoy suspendida ley que establecía que las jubilaciones y pensiones se ajustaban en forma trimestral con una fórmula que combinaba el 70% de la inflación y el 30% de la evolución salarial sobre la base del índice Ripte (remuneración imponible promedio de los trabajadores estables). El peronismo va por otra vía. Según Fernanda Raverta, titular de la Anses, la propuesta oficial deja de lado la inflación. La movilidad jubilatoria se calcularía en un 50% sobre la base del Ripte y en un 50% según la evolución de la recaudación tributaria. El ajuste sobre las jubilaciones será semestral. Detalló que habría una cláusula que autorizará a la Anses a otorgar un bono diferenciado por rango de haberes si la inflación supera la variación de la recaudación total (RT) de la Anses. Este bono no se sumaría a los haberes. La fórmula peronista tampoco establece ninguna compensación inicial por la pérdida de los haberes durante 2018 y 2019 y por el período 2020 que afectó a las jubilaciones medias y más altas.
Como vemos, ambas propuestas son parecidas. Para un jubilado que cobra la mínima, ¿tiene algún sentido comparar el 7,5% de incremento que dio Fernández para septiembre, contra el 9,88% que hubiese correspondido con la ley de movilidad macrista? En el primer caso son 42 pesos más por día, en el segundo hubiesen sido 55,50 pesos. Como vemos, los peronistas y Cambiemos sólo administran la miseria para el pueblo trabajador al servicio de los pulpos acreedores y del FMI. Es justamente por esto que el verdadero debate no se hace, porque es rechazado por el organismo imperialista. Lo que exige es más ajuste, y los jubilados somos sus víctimas preferidas. Lo había advertido el propio ministro de Economía, Martín Guzmán, allá por julio, cuando afirmó que aceptar lo que los acreedores privados de deuda pedían significaba “tener que ajustar jubilaciones”. Pero igual les pagó.
El gobierno nacional, los gobernadores de todo signo político, la oposición patronal y la burocracia sindical van de la mano con esta política. Por eso vemos que se firman paritarias que son una vergüenza. Verdaderos acuerdos de rebaja salarial ante la inflación que no cesa y una devaluación que piden a gritos los grandes empresarios y las multinacionales.
Por lo dicho, y porque se calcula sin tener en cuenta la inflación, terrible flagelo para el pueblo trabajador y los jubilados, hay que rechazar la nueva fórmula que se está tramando. El 50% del índice Ripte es una trampa, ya que va en descenso por las causas que expusimos, las paritarias cierran a la baja o se congelan.
A esto debemos agregar que hay millones de trabajadores desocupados que dejaron de aportar y otros tantos que están en negro. Si agregamos la rebaja de los aportes patronales, claramente, la recaudación de la Anses está en retroceso.
Al ser un reajuste semestral, se produce un retraso que aleja en el tiempo la recuperación de la pérdida del poder adquisitivo. Los jubilados perderemos más ante la inflación. Siempre le veremos la espalda.
Estamos en presencia de un nuevo recorte, esta vez “nacional y popular”. El gobierno de Alberto Fernández pretende con esta nueva fórmula de movilidad cumplir con los pagos de la deuda externa y seguir utilizando el dinero de los jubilados para subsidiar a las multinacionales y vaciar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses para favorecer a los bancos y los grandes especuladores.
Desde Izquierda Socialista rechazamos este nuevo ataque a los jubilados y decimos ¡basta de robo! Plata para jubilaciones, no para la deuda. Que se restituyan todos los aportes patronales eximidos desde la época de Menem-Cavallo. Exigimos un aumento de emergencia para que ningún jubilado cobre menos que la canasta de la tercera edad, que se apliquen las fórmulas indexatorias que corresponden y el 82% móvil de acuerdo con el salario en actividad.