Escribe Mónica Schlotthauer, diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad y delegada ferroviaria

El Partido Socialista de los Trabajadores, antecesor de Izquierda Socialista, fundado por nuestro maestro Nahuel Moreno en 1972, fue el primer partido político en la Argentina en plantear con fuerza la necesidad de pelear por el aborto legal, seguro y gratuito. Lo hizo en la campaña  presidencial de 1973. El PST propuso dos cuestiones, hasta el momento inéditas, en la historia política argentina: postuló por primera vez a una mujer en una fórmula presidencial llevando a  Nora Ciapponi, entonces dirigente del PST y delegada obrera, como candidata a vicepresidenta, junto a Juan Carlos Coral, y propuso la legalización del aborto junto con otras reivindicaciones de avanzada para la época. En el programa electoral del PST se planteaba la “libertad en las relaciones sexuales, el divorcio absoluto, la libre venta de anticonceptivos, la protección de la madre soltera y la legalización y gratuidad del aborto, practicado en establecimientos del Estado y con todas las garantías necesarias que aseguren la salud”.

El PST también fue vanguardia en levantar los reclamos de la mujer trabajadora. Se enfrentaba a los malos tratos y la discriminación en todos los gremios, planteaba la necesidad de que haya guarderías en los lugares de trabajo, impulsaba la constitución de comisiones de mujeres y exigía a las patronales cupos femeninos a la hora de contratar.

Igual que ahora, algunas de estas reivindicaciones contaban con la férrea oposición de la cúpula de la Iglesia, pero también del peronismo. En 1974 el propio Perón firmó el decreto 659 que restringía duramente la difusión y venta de anticonceptivos. La denominada “tendencia” del peronismo se oponía al aborto, con los Montoneros a la cabeza, quienes cantaban “procrear, procrear, como quiere el general”, negando de esta forma el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Polemizando contra esta postura, las mujeres del PST “exigimos la libertad de amar y de abortar”, consigna que apuntaba a concebir a la maternidad desde el deseo y el amor y no desde imposiciones propias de la cultura patriarcal.

Tanto Montoneros como el ERP impulsaban agrupaciones femeninas, pero rechazaban el feminismo. En el caso del ERP considerándolo una “desviación burguesa”. El PST, por el contrario, planteaba la unidad de las luchas de las mujeres y de las y los trabajadores contra el capitalismo y el patriarcado poniendo especial énfasis en la pelea contra la doble explotación que sufrían muchas mujeres, en tanto trabajadoras y amas de casa.

En consecuencia, el PST impulsó la agrupación feminista revolucionaria Muchacha, que tenía una publicación homónima y hacía actividades conjuntas con distintos sectores feministas. Tenía además una sección del periódico Avanzada Socialista dedicada a la liberación de la mujer. En 1972 impulsó la visita de la dirigente del SWP de los Estados Unidos, de extracción troskista y activista feminista,  Linda Jenness, candidata a presidenta en ese país, quien participó de una serie de charlas y actos.

Hoy, muchos años después de aquella experiencia, impulsamos la agrupación Isadora recogiendo lo mejor de nuestra tradición y promovemos fervientemente la pelea por el aborto legal, seguro y gratuito como lo venimos haciendo desde hace más de cinco décadas.