Escribe Adolfo Santos
Que la inflación en nuestro país es altísima todo el mundo lo sabe. Esto es más grave cuando los aumentos de los medicamentos han sido siderales en 2020, ¡en plena pandemia!
Un informe del Observatorio de Costos de la Salud, reproducido por Página/12 el 17 de febrero pasado, señala que los medicamentos de uso hospitalario aumentaron un promedio de 278%, superando ampliamente los índices de inflación. Productos como el propofol (de uso en pacientes graves con Covid-19) tuvieron aumentos anuales de 335 por ciento. Incluso, el acenocumarol -anticoagulante para evitar accidentes cerebrovasculares (ACV) en personas que padecen arritmias- incrementó su precio de venta al público 1.397 por ciento. Por su parte, los fármacos para el tratamiento de VIH, hepatitis, ITS y tuberculosis aumentaron 84% en promedio, aunque algunos llegaron a subir 1.300 por ciento. En este escenario, el gobierno “nacional y popular” permite tranquilamente que los laboratorios y grandes grupos farmacéuticos aumentan sin control y se lleven sus ganancias “en pala”.