Escribe Mariano Barba
Más de un mes de lucha llevan los trabajadores auto convocados de la salud pública. Su fuerza está intacta a pesar de las provocaciones del gobierno provincial que aplica a rajatabla el ajuste nacional en acuerdo con Alberto Fernández. La primera provocación fue cuando la burocracia de ATE encabezada por Carlos Quintriqueo firmó con el gobierno, al igual que UPCN, una paritaria salarial por solo el 12 % de incremento siendo que desde el 2019 no se tocan los salarios. Los hospitales rechazaron masivamente el acuerdo, igual la burocracia lo firmó. Allí estalló la bronca y comenzó la rebelión de la base. La Inter hospitalaria constituida con representantes de todos los hospitales va coordinando la lucha semanalmente según los mandatos de las asambleas de cada establecimiento. Exigen al menos el 40 % de incremento y el pase a planta permanente de los contratados con motivo de la pandemia.
Hasta ahora realizan todo tipo de actividades, paros, marchas, festivales y la última semana llevaron a cabo un corte de la ruta nacional 22, a la altura de Arroyito, lugar donde hace catorce años fusilaron al docente Carlos Fuentalba. En esta oportunidad los sanitaristas permanecieron cortando la ruta desde las 4 de la mañana hasta las 17 del jueves santo. Una acción de repercusión nacional dado la afluencia masiva de turistas. Un nutrido grupo de militantes de Izquierda Socialista acompañamos, desde el comienzo, esa fuerte acción. Al igual que seguimos acompañando el resto de sus acciones en las calles, como en la enorme caravana con cerca de mil autos que se llevó a cabo el último domingo, demostrando la gran adhesión popular. Al cierre de esta edición estamos, junto a los trabajadores de salud apostados en la ruta del petróleo, donde otra acción sobre las rutas está cerrando el circuito productivo. Se ha iniciado un fondo de huelga que deberá ser muy importante porque el gobierno atacó además la lucha con descuentos masivos de sueldos para quebrar la combatividad de miles de trabajadores hospitalarios. Con un agravante que aumentó la indignación, ya que los diputados de la provincia se incrementaron el sueldo en unos 70.000 pesos mensuales.