Escribe Mariano Barba
Con una adhesión popular pocas veces registrada en la provincia, los trabajadores de salud autoconvocados organizados en la interhospitalaria llevan adelante más de una decena de cortes en las rutas provinciales centradas en la zona petrolífera, alrededor de la formación de Vaca Muerta donde se extrae la mayor producción de gas y petróleo de la zona.
Cerca de los cincuenta días de lucha llevan adelante miles de trabajadores ya que rechazan el mísero aumento del 15 % otorgado por el gobierno siendo que desde diciembre del 2019 no se tocaba el salario. Los sanitaristas que fueron aplaudidos el año pasado, ahora fueron ninguneados por el gobierno. Reclaman un incremento del 40% perdido en el 2020, el pase a planta de centenares de contratados y otras reivindicaciones del sector. Encima el 15% otorgado en febrero fue firmado por la burocracia de ATE, encabezada por Carlos Quintriqueo, contra las asambleas de la totalidad de los hospitales que habían rechazado ese porcentaje. De la noche a la mañana los burócratas firmaron el acuerdo, y con esa misma velocidad los trabajadores hospitalarios comenzaron a organizar la lucha por un aumento superior. Hicieron todo tipo de acciones públicas para visibilizar su reclamo siempre respaldado con medidas de paros.
Así, ante la sordera del gobierno, se llegaron a implementar los cortes de rutas en la zona del petróleo. Encabezados por enfermeras, mucamas, camilleros, administrativos y algunos médicos, se montaron los cortes de ruta en zonas estratégicas para el suministro de insumos para los pozos de gas y petróleo obtenido por fracking en Vaca Muerta y en el gran yacimiento de petróleo convencional que es Loma La Lata. Ciudades y pueblos muy vinculados a la explotación hidrocarburífera como Añelo, El Chañar, Rincón de los Sauces, Picún Leufú salieron del anonimato nacional porque miles de camiones están varados hace siete días. Las pérdidas estimadas superan los 10 millones de dólares solo de YPF. Esos cortes se sostienen con el apoyo incondicional de las poblaciones y de todo el activismo sindical y popular de Neuquén Capital que viaja diariamente a sumarse a los piquetes. La tensión es muy grande porque el gobierno apuesta al desgaste y azuza a los transportistas a que rompan los piquetes. Pero el gran apoyo popular y la indignación contra el gobierno por no respetar a los trabajadores de la salud hace que se fortalezcan los piquetes en lugar de debilitarse.
Una nueva conducción democrática
La gran rebelión nació bien de la base, con asambleas de los hospitales que votaban medidas de acción y mandataban a sus delegados para coordinar en la interhospitalaria y garantizar la unidad en la calles y en la lucha. El surgimiento de este organismo es una conquista histórica de esta lucha que desplaza a la burocracia totalmente de la lucha. La tensión crece día a día y eso se evidencia en la mesa de negociación que montó el gobierno detrás de la figura de una mediación fiscal para desacreditar a los delegados autoconvocados. El acuerdo de la burocracia de ATE con el gobierno es defendida públicamente por ambos contra los delegados por eso en las cuatro reuniones de mediación nunca hubo propuesta salarial del gobierno. Minutos antes del cierre de esta edición el gobierno anunció por conferencia de prensa el pago en negro de una “asignación especial covid” de 30.000 pesos en tres cuotas. Otra provocación más de las muchas del gobierno. La lucha continua y el fondo de huelga y todas las acciones nacionales de apoyo que se puedan realizar son indispensables para que esta lucha gane. Hoy es el conflicto más importante del país y así lo entendió el FIT Unidad que realizó un acto en la casa de Neuquén en CABA para exigir soluciones al reclamo de los trabajadores. Por eso el fondo de huelga, el aporte de víveres son fundamentales para el sostenimiento de semejante lucha.