Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop
En una reunión convocada por la Confederación Sindical Internacional, de la que participaron organizaciones sindicales de todo el mundo, incluyendo la CGT y las dos CTA argentinas, se pidió la “suspensión de las patentes sobre las vacunas contra Covid-19, a través de los mecanismos previstos en las legislaciones nacionales o dentro del ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.
Por nuestro país firmaron la CTA y la CTA Autónoma, la Asociación de Empleados de Farmacia, la CGT de la República Argentina, la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales, más el Movimiento Centroamericano 2 de Marzo y distintas organizaciones de Alemania, Austria, Brasil, Colombia, Costa Rica, Croacia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Italia, Marruecos, Mauritania, Namibia, Nigeria, Panamá, Perú, República Dominicana, Senegal, Sudáfrica, Turquía y Venezuela.
Nos parece bien que se haya producido este pronunciamiento que va en el mismo sentido que los reclamos que se están haciendo sentir en todo el mundo. Pero el problema de las declaraciones es que son solo eso, declaraciones. Ningún gobierno, repleto de funcionarios obedientes a las multinacionales, va a enfrentarlas por más declaraciones que hagan los sindicatos y organizaciones por más justas que sean. Es necesario traducirlas en acciones que cambien la relación de fuerzas con estos gobiernos sumisos a los monopolios. En nuestro país la CGT y las dos CTA, además de denunciar la acción de las multinacionales, deben convocar a los trabajadores y a sectores populares a movilizarse para exigir al gobierno del Frente de Todos que suspenda las patentes y se ponga a fabricar vacunas para todas y todos.