Escribe Raquel Osorio, candidata a diputada provincial
El pasado domingo, en plena pandemia, se realizaron elecciones legislativas en Misiones. Triunfó por amplio margen el partido provincial de gobierno, el Frente Renovador, con 46% de los votos. Juntos por el Cambio quedó en segundo lugar y, en tercer lugar, otro partido provincial, el Frente Encuentro Popular Agrario y Social para la Victoria, apoyado por el kirchnerismo, en un marco de abstención de 36 por ciento.
La sorpresa de estas elecciones la dio el Partido Obrero, cuyas listas las integraron compañeros y compañeras de Izquierda Socialista, que obtuvo 18.568 votos, 3,67% del total.
El gobierno de Oscar Herrera Ahuad se jugaba a que las bancas en disputa sean ocupadas por los candidatos del Frente Renovador, espacio político provincial fundado en el año 2003 por el actual presidente de la Cámara de Diputado provincial, Carlos Rovira, quien mantiene la conducción política del frente, que surgió como consecuencia de la crisis de 2001, el Argentinazo, donde confluyeron dirigentes que abandonaron el PJ y el radicalismo –Maurice Closs, proveniente del radicalismo, es uno de ellos– para conformar un frente transversal y de “la nueva política”, actualmente se autodenominan “el misionerismo”.
El gobierno provincial, que se alineó con todos los gobiernos nacionales, adelantó al mes de mayo el pago del aguinaldo a los empleados provinciales como parte de la campaña electoral ante la realidad de salarios que no cubren la canasta, y sin olvidarse de las luchas de los autoconvocados de la salud en 2020 o las de la docencia misionera en 2021.
Herrera Ahuad, que se muestra como un ejemplo de gestión de la pandemia, retuvo 25% de las dosis que recibió y quince días antes de las elecciones lanzó un operativo en el que vacunó a más de 40.000 personas.
Los grandes derrotados fueron Juntos por el Cambio y el kirchnerismo provincial. La izquierda, que realizó una campaña electoral corta, austera y con múltiples obstáculos, triplicó los guarismos de 2019, logrando casi 4% de los votos.
Este avance electoral muestra la aceptación que tiene la propuesta de la izquierda en un sector de la población que busca romper con los partidos patronales.