Mientras la pandemia no termina, y amenaza con una tercera ola, con todas sus consecuencias sanitarias y sociales, estalló el escándalo de la foto del cumpleaños en Olivos. La indignación fue total, incluso entre aquellos que aún conservan expectativas en el gobierno de Alberto Fernández.
Los intentos de “cambiar de tema”, tratando de que el pueblo trabajador se olvide del escándalo, tal como ya se intentó hacer hace unos meses cuando se descubrió el vacunatorio VIP, terminaron desnudando, contradictoriamente, a dónde quiere llevarnos el gobierno del Frente de Todos. Es que la propia vicepresidenta Cristina Fernández, buscando colocar como culpable principal de todos los males al macrismo, dijo que “nos dejó un muerto” (la deuda externa) de la que tendremos que hacernos cargos. Como dice el refrán “a confesión de partes, relevo de pruebas”. Su propuesta a futuro es “hacernos cargo”, a costa de más ajuste, hambre y entrega.
La realidad que se vive día a día es la de los salarios que siguen perdiendo frente a la inflación. Un estudio reciente del instituto de estudios económicos Ieral señala que en algunas provincias como Neuquén el retroceso salarial ya supera el 10% en el último año. El otro drama es el desempleo, con más de 300.000 puestos de trabajo en blanco perdidos en la industria, que ascienden a 1,2 millones cuando sumamos los tercerizados e informales. Esto es lo que genera los datos sociales más lacerantes: una pobreza creciente, que se acerca peligrosamente al 50% (y es mucho mayor entre la juventud). ¿El culpable de todo esto es Macri, o exclusivamente la pandemia, como nos dice el gobierno? ¿No se podía haber hecho otra cosa? La realidad es que si no avanzó en medidas para revertir todo esto, y se continuó con el ajuste que venía del gobierno macrista, fue por poner la prioridad en los pagos de deuda externa y la negociación con el FMI. Ahí estaba la plata para tomar medidas que hubieran revertido la crisis.
Mientras tanto, reapareció Macri. Buscó aprovechar la indignación que generó la suma de la bronca por la realidad sanitaria y social con el escándalo de la foto de cumpleaños. “Esa foto terminó de destruir toda autoridad moral para el presidente”, afirmó. Ciertamente. ¿Pero acaso piensa Macri que su “autoridad moral” está mejor? Él, que no sólo suma la corrupción de los Panamá papers, sino la responsabilidad de haber llevado adelante un ajuste con el que hambreó al pueblo, mientras nos endeudaba al servicio de la fuga de capitales para sus amigos.
El Frente de Todos, con Alberto, Cristina y la foto del cumpleaños de Olivos, por un lado. Macri y los ajustadores ya conocidos, por el otro. Por si faltara poco, al menú electoral se le agregó la oferta de la derecha libertaria, con Milei en Capital y Espert en provincia de Buenos Aires. Nada de esto ofrece ninguna salida para el pueblo trabajador. Por eso, no hay entusiasmo en esta campaña electoral.
En este panorama, resulta más urgente que nunca fortalecer la alternativa unitaria que venimos construyendo desde el Frente de Izquierda Unidad. Por eso lo decimos con todas las letras: se necesitan más diputadas y diputados de izquierda en el Congreso Nacional y en todas las legislaturas del país.
Para que sean más, se multiplique el rol de los que apoyan, están y ponen el cuerpo en todas las luchas obreras y populares. Los que se solidarizan incondicionalmente con cada reclamo popular, lo dan a conocer, lo llevan a los medios de comunicación y hacen resonar su voz en el propio recinto parlamentario.
Que haya más diputados que denuncien el ajuste, los privilegios y la corrupción que llevan adelante tanto el gobierno nacional del Frente de Todos como los provinciales de cualquier signo. Los únicos que denuncian el saqueo megaminero, el acuerdo porcino y tantas otras depredaciones del ambiente. Los que alzan su voz para que se conozcan los ataques a los jóvenes, el gatillo fácil, los femicidios y las violaciones constantes a los derechos humanos.
Porque casi siempre, las voces de las diputadas y diputados del Frente de Izquierda quedaron solos denunciando y votando en contra, mientras que se generaban acuerdos que “saltaban la grieta” entre el peronismo oficialista y la oposición patronal. Esto sucedió y sucede en el Congreso Nacional, pero también en otros lugares donde el oficialismo es Juntos por el Cambio, y recibe los votos “opositores” del peronismo para votar sus leyes, como tantas veces lo denunciamos, por ejemplo, en la legislatura porteña.
Necesitamos también que haya más diputadas y diputados del Frente de Izquierda porque tenemos que estar más fuertes para enfrentar lo que se viene. Porque pasadas las elecciones, el gobierno de Alberto Fernández avanzará con el acuerdo con el FMI, que significará un mayor ajuste. Y ahí va a contar con el apoyo, y los votos, de Juntos por el Cambio. Otra vez, quedará sola la izquierda alzando su voz para oponerse en el Congreso. Que se sumará, como lo ha hecho siempre, a la pelea que viene oponiendo el sindicalismo combativo, peleando por salario, trabajo, salud, educación y vivienda.
Más diputadas y diputados de izquierda en el Congreso es, en definitiva, hacer más potente la voz de los que proponemos un programa alternativo, que priorice las reales necesidades del pueblo trabajador. Un programa que arranca por suspender los pagos de la deuda, romper los lazos políticos y económicos con el FMI, y poner todos esos recursos al servicio de resolver las dos pandemias, la sanitaria y la social.
Por todo esto, te pedimos que nos ayudes a dar esta pelea. Para que Nicolás del Caño, Romina del Plá, Juan Carlos Giordano, Mónica Schlotthauer, Myriam Bregman, Mercedes Trimarchi, Liliana Olivero, Laura Vilches, Pablo Almeida, Mercedes de Mendieta y tantas otras luchadoras y luchadores que pueblan las listas del Frente de Izquierda Unidad, llenen el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales de bancas obreras y socialistas, de representantes de las y los trabajadores, de las mujeres y la juventud. Anotate como fiscal y sumate a pelear el voto entre tus compañeros de trabajo, estudio, familiares o vecinos de tu barrio.