Escribe Liliana Olivero, candidata a diputada nacional por Izquierda Socialista / FIT Unidad
El proyecto de presupuesto 2022 enviado por el ministro Martín Guzmán al Congreso está hecho siguiendo las exigencias de ajuste del Fondo. Plantea reducir el gasto y un crecimiento de la economía menor aún al de este año. Es todo un programa de hambre y saqueo de nuestros recursos al servicio de seguir pagando la deuda externa.
En un acto en San Miguel de Tucumán, el presidente Alberto Fernández afirmó: “a la deuda le decimos que no, al desendeudamiento le decimos que sí, siempre y cuando no sea a costa del hambre y la miseria de nuestro pueblo. A los especuladores financieros les decimos que no y a los que quieren sembrar una patria con producción, desarrollo, a la pyme, al comerciante, al que necesita el apoyo del Estado, a ese le decimos que sí”.
Se trata del súmun del doble discurso. Habría que avisarle al presidente, si todavía no se enteró, que el proyecto de presupuesto nacional enviado al Congreso por el gobierno dice exactamente lo contrario. Ahí está planteado destinar cinco veces más para pagos de deuda que para construcción de viviendas. Se reducen las partidas que corresponden a las sentencias ganadas por los jubilados, además de que, obviamente, no se calcula recuperar en absoluto el haber jubilatorio. El gasto público seguirá reduciéndose, porque así lo exige el acuerdo a la firma con el FMI. Del mismo modo que se reducen los subsidios a las empresas de servicios públicos privatizados, no porque se proyecte que estas ganen menos, sino porque se compensará con nuevos tarifazos, que como mínimo serán del orden del 25 al 30%. El monto de obra pública, ya este año muy bajo, tendrá un “incremento” de centavos, por lo que el Frente de Todos no piensa recurrir a esta herramienta para resolver el drama de la desocupación. Y, por supuesto, se eliminan todas las partidas vinculadas a atender las consecuencias sanitarias o sociales del Covid-19.
El propio gobierno se da cuenta de las consecuencias de este ajuste. Por eso proyecta un crecimiento económico menor al de este año. En síntesis: el Frente de Todos sabe, y lo deja por escrito en su proyecto de presupuesto, que las consecuencias de aplicar el ajuste que exige el FMI serán que terminaremos el año que viene sin todavía haber recuperado el nivel económico que teníamos a fines de 2019, cuando subió este gobierno, y que ya llevábamos dos años de recesión.
En el mensaje que acompaña el proyecto se vuelve a hacer la misma maniobra de este año. Se sostiene que habrá una recuperación de los salarios reales porque se calcula que tendrán un incremento del 35%, contra una inflación del 33%. Cuando sabemos que la realidad será que la carestía del año próximo no será menor al 45%. Por lo que los ingresos de los trabajadores volverán a quedar pulverizados, como ya viene sucediendo sistemáticamente desde hace al menos cuatro años.
Todo es para ponerse a tono con el acuerdo con el FMI
El motivo de este presupuesto con ajuste mayor aún al del año en curso, es clarísimo. Se busca poner los números de la economía en línea con las exigencias del FMI. Esa es la prioridad del gobierno, como se manifiesta en que justamente esta semana, todo el gabinete económico, el del Banco Central y el mismísimo flamante jefe de gabinete Juan Manzur hayan viajado a Washington para avanzar en el acuerdo con el Fondo. Más allá de que se firme ahora o inmediatamente después de las elecciones, su objetivo será garantizar el repago de los casi 50.000 millones de dólares que se le adeudan al organismo. Y acá, como marca toda la experiencia histórica de programas similares, o más recientemente los acuerdos firmados con el Fondo por países como Ucrania, El Líbano o Ecuador, la realidad es una sola: ajustes, garantía para el saqueo, reformas laborales y jubilatorias. En suma: más hambre y miseria para el pueblo trabajador con el objeto de garantizar los dólares de la deuda externa.
¿Cómo va a terminar todo esto? Ya lo anticipamos: el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y también Milei y Espert votando unidos a favor del plan de ajuste con el FMI.
Del otro lado, sólo nos opondremos los diputados del Frente de Izquierda Unidad. Por eso es fundamental que exista una bancada de izquierda en el Congreso. Ayudanos a lograrlo.