El miércoles 16 de febrero las y los ferroviarios del Sarmiento realizamos un paro en defensa de los protocolos por Covid-19, aún vigentes y que la empresa quiere pasar por alto. Los ferroviarios venimos de sufrir importantes descuentos a quienes se aislaron por ser contactos estrechos y, en algunos casos, por ser Covid-19 positivo. Si no hay respuesta favorable seguirá el plan de acción.
Escribe Pablo Montenegro, cuerpo de delegados del Sarmiento
A lo largo de toda la pandemia, desde el Cuerpo de Delegados y la Comisión Ejecutiva de la Unión Ferroviaria Seccional Oeste hemos puesto la salud y la vida de nuestros compañeros, de sus familias y de los usuarios por encima de cualquier otro interés. Nos apoyamos para esto en las decisiones de la base para conquistar la implementación de todas y cada una de las medidas que nos ha llevado a ser la línea ferroviaria con menor índice de contagios y fallecimientos por la pandemia.
Exactamente lo mismo estamos haciendo desde que comenzó la tercera ola del Covid-19. Pero, en esta oportunidad, nos enfrentamos a la empresa estatal de Trenes Argentinos y a la burocracia de Sasia de la Unión Ferroviaria, que siguen los lineamientos del Ministerio de Transporte, por ende del gobierno nacional del Frente de Todos, en sintonía con los intereses de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de las grandes patronales. Tienen una política clara que intenta negar la pandemia. Así, pusieron todos sus esfuerzos en desconocer los protocolos y nos expusieron a los trabajadores a una especie de ruleta rusa en la que cada cual corría con su propia suerte: “el que se enferma que se enferme y si se muere mala suerte, basta de protocolos, todo el mundo a laburar”.
Esta es la política de la gerencia peronista de la empresa, acompañada de descontar parte del salario a los que se contagiaron por la pandemia. Pero en el Sarmiento no lo dejamos pasar, y eso fue lo que motivó el paro. Paramos porque es mentira que los protocolos cambiaron y ya no contemplan aislamiento de los contactos estrechos. Hasta el mismo Alberto Fernández se aisló en diciembre por ser contacto estrecho. No es un invento nuestro. Las recomendaciones del Ministerio de Salud de diciembre son eso, recomendaciones, y no tienen carácter resolutivo. En la página web sigue figurando el aislamiento de los contactos estrechos. La pandemia no terminó, y por más que el gobierno peronista deje correr que no hay protocolos, no se anima a sacarlos para no sufrir el costo político en caso que alguna nueva mutación del virus vaya a comenzar a hacer nuevamente estragos.
Las y los ferroviarios del Sarmiento seguimos haciendo respetar el protocolo vigente, y por eso se aislaron los que padecieron la pandemia. Pero Trenes Argentinos continuó con su política de pretender aleccionarnos, haciendo descuentos salariales y sancionando a quienes se habían aislado por ser contacto estrecho y también a algunos compañeros que dieron positivo de Covid.
Ante esta situación, hicimos más de 10 asambleas en todas las especialidades en las que participaron más de 1.700 compañeras y compañeros y resolvimos llevar adelante el paro por 24 horas que realizamos el último miércoles 16. Un paro que fue contundente, ya que lo acató el 90% de las y los trabajadores de la línea y del cual salimos fortalecidos. Todo esto refleja la fuerza de la base, que incluso en una coyuntura donde el máximo referente del Sarmiento y la Bordó, Rubén “Pollo” Sobrero se encontraba en un pos-operatorio y por lo tanto sin su presencia física en los sectores, llevó adelante esta medida. El alto acatamiento fortalece a esta conducción sindical combativa y democrática, a la que se sumó una nueva camada de activistas, que vienen de ganar ampliamente las elecciones de ejecutivos de la seccional y del cuerpo de delegados con el 70% de los votos a la burocracia a fines de diciembre.
No les alcanzó a la empresa y a la Verde de Sasia la campaña sucia montada a través de los medios obsecuentes como C5N, entre otros, mintiendo al decir que dejábamos tirados a los usuarios. Cuando la realidad es que hace meses fue la propia dirección de Trenes Argentinos, una empresa estatal dirigida por funcionarios del gobierno peronista, quien redujo la circulación de 215 servicios, provocando que los usuarios se aglomeren y viajen como ganado en plena pandemia.
No demoraron en sumarse a la campaña otros burócratas sindicales de larga trayectoria, como Omar Maturano (ver nota aparte). Les pagaron entre 25 y 30 mil pesos a algunos carneros (que sufrieron el repudio de sus compañeros) para que movieran trenes, con los que quisieron hacer creer que el servicio funcionaba igual. Hicieron de todo para dividir y quebrar el paro, pero les fracasó. La disputa es entre los ferroviarios que seguimos priorizando la salud contra un gobierno que defiende las ganancias de las patronales.
La pelea fue y es dura y todavía no terminó. La empresa y la burocracia se juegan a desmoralizar, pero estamos firmes. En estos días realizamos asambleas en todos los sectores a fin de establecer un plan de lucha para conseguir nuestros objetivos y seguir defendiendo la salud de nuestros compañeros y de los usuarios. Porque el reclamo que llevamos adelante los ferroviarios del Sarmiento, es el mismo que tienen el resto de ferroviarios en otras líneas y en el conjunto de los trabajadores del país. Si los ferroviarios ganamos esta lucha, todos los trabajadores estarán en mejores condiciones para pelear para que se les respeten sus derechos.