Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
“Solucionamos el tema de la deuda, ahora empieza la guerra contra la inflación”. La frase es de Alberto Fernández, que no hizo ni una cosa ni la otra. Los problemas de fondo se combaten con un plan económico alternativo obrero y popular como proponemos desde la izquierda, no con el que aplica el peronismo del Frente de Todos.
Si hay algo que impacta en millones es que los alimentos son prohibitivos en el país de la carne, la leche y el trigo. Un país rico con un pueblo pobre. ¿Por qué ocurre esto? No es de ahora. Es porque Argentina sigue a merced de los usureros internacionales, multinacionales, bancos y monopolios formadores de precios, que vienen saqueando al país desde hace décadas y lo siguen haciendo ahora con la política del gobierno del Frente de Todos.
Es una gran falacia decir que el tema de la deuda fue solucionado con el nuevo pacto con el FMI. ¿Qué solución va a haber si nos endeudamos por 45.000 millones de dólares que el pueblo no vió? ¿“Solución”, con vencimientos anuales de 20.000 millones de dólares? Lo volveremos a repetir y lo haremos hasta el cansancio: el acuerdo con el FMI es más inflación, saqueo, sometimiento y dependencia.
La otra mentira es que ahora se va a combatir la inflación. Decir “nos preocupa la mesa de los argentinos” es otro saludo a la bandera, mientras las grandes alimenticias y monopolios formadores de precios siguen en la impunidad. El anuncio anticipado de la “guerra” lo único que hizo fue permitirles a los grandes remarcadores subas preventivas de hasta el 30%. No hay ninguna “guerra” con recetas ya conocidas (precios cuidados, retenciones que termina pagando el pequeño productor y frases grandilocuentes), y “comandantes” que auguran de antemano una nueva derrota.
El kirchnerismo “comenta” la realidad y no propone nada
Alguien podrá decir que todo esto pasa con Alberto Fernández, pero con Cristina, Máximo y quienes votaron en contra el pacto con el FMI sería distinto. No es cierto. Lo podemos probar. ¿Acaso el peronismo kirchnerista ha presentado medidas alternativas para combatir semejante crisis social? Las cartas de La Cámpora y las senadoras y senadores justificando el voto negativo parecen de comentaristas parlamentarios más que de bancas pertenecientes al actual gobierno al que sostienen, son parte y donde la propia Cristina dijo: “el peronismo está más vigente que nunca”.
Las diferencias en el voto sobre la ley que aprobó el pacto con el FMI entre albertistas y kirchneristas no son sobre qué políticas de fondo hay que aplicar para sacar al país de la postración. El kirchnerismo no tiene nada alternativo ni “progre”, sino reacomodos pensando en las elecciones de 2023. ¿Proponen Cristina y Máximo Kirchner tirar abajo el pacto con el FMI, dejar de pagar la deuda para reactivar la economía o combatir de verdad a los que aumentan todos los días los precios? No hablan de eso. Solo hacen cartas mediáticas sin proponer ninguna medida alternativa.
La salida viene por izquierda
No habrá ningún cambio de fondo si no se ataca la estructura capitalista que se lleva nuestra riqueza en beneficios de unos pocos. Los ganadores de este plan económico son el FMI, los usureros internacionales, los bancos, los grandes exportadores (Arcor, Cargill) y supermercados, las automotrices (Toyota, Ford, VW), las mineras, y la lista sigue. Ante la tremenda inflación, ni siquiera imponen la Ley de Abastecimiento que viene del gobierno peronista de 1974, que prevé precios máximos y grandes sanciones. No hay que dejarse engañar.
En la emergencia hay que repudiar los aumentos de precios y el tarifazo, exigiendo un inmediato aumento de salarios y jubilaciones al valor de la canasta familiar. Todo como parte de una lucha por imponer un plan económico alternativo para sacar al país de la crisis. En primer lugar, se debe desconocer el pacto con el FMI y dejar de pagar una deuda usurera, volcando esos fondos a un plan de viviendas populares que de trabajo genuino, a salud y a educación. Estas medidas tienen que ir acompañadas por otras de fondo. No puede ser que un puñado de exportadoras pongan los alimentos internos al valor del dólar. O que el comercio exterior siga manejado por las yanquis Cargill y Bunge, la china Cofco o la francesa Dreyfuss. O que los bancos se sigan llevando fortunas, siendo los más beneficiados de Latinoamérica. O que las empresas privatizadas sigan haciendo negocios con recursos estratégicos y esenciales como la luz, el gas o el petróleo.
Solo romper los lazos económicos y políticos que nos atan al FMI, nacionalizar la banca y el comercio exterior, y reestatizar las privatizadas y puertos con una YPF 100% estatal, permitiría implementar un plan económico al servicio de los trabajadores y las amplias mayorías populares.
Ya nos gobernaron todos (radicales, peronistas y PRO) y hundieron al país. Hay que luchar por un gobierno de las y los trabajadores que haga lo contrario, construyendo para ello una alternativa política obrera y socialista de unidad de la izquierda y los luchadores, como lo postulamos con el Frente de Izquierda Unidad. Esta es la salida que levantamos desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad, mientras llamamos a luchar por cubir las urgentes necesidades más sentidas del pueblo trabajador, las mujeres y la juventud.