El pasado 6 de mayo se cumplía la cuarta jornada de paro por tiempo indeterminado, impulsado por las bases, tras los previos de 24 y 48 horas sin obtener respuesta de las patronales encuadradas en Afarte. Se trata de patronales que se benefician con la ampliación de la Ley de Promoción Industrial Nº 19.640, que los exime de la totalidad de los impuestos, al tiempo que pretenden que los trabajadores acepten trabajar por 100.000 pesos. Todo esto luego de dos años de congelamiento salarial, en una provincia donde la canasta familiar supera los 170.000 pesos.
El ajuste del gobierno peronista de Fernández y provincial de Melella se topó con la gran determinación de cientos de metalúrgicos y metalúrgicas dispuestos a defenderse. En todas las fábricas, día y noche, hicieron piquetes con los típicos tachos con fuego debido al intenso frío, demostrando la fuerza de la lucha impuesta desde las bases.
Las patronales respondieron enviando telegramas masivos intimando a volver al trabajo, bajo la amenaza de quedar despedidos. Argumentaron que el paro era ilegal pues la UOM Nacional no lo había notificado. Esto fue usado por el ministerio de Trabajo y la burocracia sindical de la UOM regional para justificar la firma de una conciliación obligatoria y levantar el paro. En las puertas de las fábricas hubo gran indignación y bronca contra la dirigencia sindical, y muchos se preguntaban “¿por qué levantar la medida si no tenemos ninguna respuesta?”.
Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, que estuvimos acompañando los piquetes, entendemos que los y las metalúrgicas deberían mantenerse en estado asambleario, para continuar la lucha hasta conseguir el aumento salarial. Hay que impulsar una gran movilización que fortalezca la unidad y en ese camino construir desde abajo un plan de lucha. Así mismo, incorporar al reclamo salarial la recuperación de las fábricas ocupadas Digital Fueguina y Ambasador, que vienen luchando por recuperar su fuente de trabajo.
Corresponsal