Escribe Guillermo Sánchez Porta

La docencia riojana desde los ´90, con Menem, se autoconvoca. Para enfrentar la transferencia de las escuelas nacionales, en los 2000, y todos estos años contra el ajuste. Hartos de dirigentes traidores y sindicatos burocráticos que no permiten asambleas ni mandatos, la docencia se auto organiza, hace asambleas, define medidas de fuerza, marchas, acciones. Pero en algún punto de la lucha el gobierno cede, se junta con los burócratas y pactan por migajas, dilapidando la fuerza de la lucha.

Este año, cuando los sindicatos pactaron con Quintela, la docencia autoconvocada decidió rebelarse y seguir la lucha, con asambleas por departamentos y en una asamblea provincial. Esta unidad se logró por este funcionamiento democrático, se vota y se hace lo que se resuelve por mayoría.

Docentes en Marcha hace tiempo propone que este funcionamiento se mantenga y se oficialice en un sindicato de los Autoconvocados. La propuesta caía bien, pero los radicales y PRO, Juntos por el Cambio, lo boicoteaban. Y el PO, con un compañero en Chilecito, decía que “hay que recuperar AMP”. Pero la docencia no quiere saber más nada con AMP y De Leonardi que de 18.000 docentes solo tiene 4.000 afiliados.

Este año nuestra propuesta fue tomada masivamente. Propusimos esperar hasta el receso para armarlo, ya que el centro era garantizar la lucha. El Sindicato de Autoconvocados debía nacer democrático, debatiendo el Estatuto, eligiendo una Comisión Provisoria con representantes de cada departamento, etcétera. Repartimos una adaptación a La Rioja del Estatuto del combativo Ademys, sindicato con amplia democracia, independiente de los gobiernos de Juntos por el Cambio en CABA y del Frente de Todos nacionalmente, que garantiza la representación de todos los sectores y cuando hay elecciones cada lista obtiene directivos en proporción a los votos obtenidos, nada se resuelve sin consulta a las bases, etcétera. Y así nació el SAE, Sindicato de Autoconvocados de la Educación de La Rioja.

El gobierno peronista de Quintela, los intendentes de Juntos por el Cambio y la burocracia, no podían permitir un sindicato así, un problema a sus planes de ajuste y su política de pactos. Entonces montaron una división y presentaron burocráticamente antes otro sindicato, con el Estatuto del gobierno peronista y la CGT, el de los gremios repudiados por autoconvocados. Los dirigentes del interior de Juntos por el Cambio rompieron la asamblea provincial, hicieron reuniones separadas y, sin discutir Estatuto ni nada, tomaron el deseo de un sindicato de autoconvocados y formaron la DUAR, nombrando dieciséis directivos a dedo. Esto generó confusión y división. Estos personajes, candidatos y referentes del radicalismo y de PRO, como Graciela Caballero, la “secretaria general” y el grueso de los “directivos”. ¡Y prohibieron la participación de los más de 11 mil docentes de la Capital! Unos días después nombraron a Karina Martínez, principal dirigente del partido de Milei, como su representante en la Capital.

Lamentablemente el dirigente de PO Chilecito, Pedro Carrizo, no solo se sumó a esa farsa de sindicato amarillo y pro patronal, incluido Milei, sino que fue el principal argumentador contra la representación de Capital (“en Capital son todos burócratas”). Pasó de “recuperar AMP” a estar en una directiva con radicales, PRO y Milei, por un carguito, contra el activismo y el resto de la izquierda. ¡Una vergüenza! El PO debe cambiar ya esa política divisionista y burocrática y sumarse a la directiva provisoria del SAE.

Ahora, mientras se desarrolla el SAE, hay que sostener la lucha y evitar que DUAR rompa la unidad de las asambleas. Que sigan participando todos los docentes, afiliados a cualquier o a ningún sindicato. ¡Viva la docencia autoconvocada y la unidad democrática! ¡Fuerza el SAE!