Escribe José Castillo
Sergio Massa viene prometiendo que, tras su gira por Estados Unidos, se avanzará en un acuerdo entre la AFIP y el Internal Revenue Service (IRS), organismo de recaudación de impuestos yanqui.
El gobierno del Frente de Todos afirma que hay 100.000 millones de dólares fugados de nuestro país y depositados en los Estados Unidos. Cierto. Tal vez incluso sean más. Es verdad que si se cobraran multas e impuestos sobre ese dinero, sería un dineral.
Pero lo totalmente ilusorio es imaginar que el gobierno de los Estados Unidos denunciará a esos capitalistas que fugaron de nuestro país y hoy juegan en el sistema financiero del país del Norte. Los acuerdos entre países para evitar la evasión impositiva, que existen, son totalmente asimétricos. Estados Unidos firmará un acuerdo con la Argentina, si le conviene, para evitar la eventual fuga de capitales yanquis hacia nuestro país, cosa que, evidentemente, hoy no sucede. Incluso si, en algún momento del futuro, se firmara algún pacto de intercambio de información impositiva, este bajo ningún punto de vista permitirá a nuestro país cobrar fuertes impuestos o multas a los evasores. A lo sumo abrirá las puertas para algún nuevo blanqueo de capitales, a la medida de los propios evasores.
Muchos de los evasores impositivos y los que fugan capitales son ampliamente conocidos. Si son personas físicas, tienen intereses en empresas y grupos económicos que funcionan en nuestro país. Si son empresas fantasmas, es bastante fácil encontrar lazos familiares y de testaferros con patronales locales.
En síntesis, lo que se debería hacer es exigir la repatriación de los capitales fugados, amenazando con incautar las riquezas locales de esos especuladores, no esperando una ilusoria “ayuda” de los yanquis, que nunca llegará. ¿O acaso no sabemos que la mayor corrupción es el ilegal, inmoral e impagable endeudamiento externo, generada por el mismísimo establishment financiero yanqui?