Escribe José Castillo
Una de las reuniones más publicitadas de Sergio Massa en su gira por Estados Unidos fue la que realizó con las grandes multinacionales petroleras en la ciudad de Houston.
El encuentro, realizado en el Rush Conference Center del Instituto Baker de la Rice University, contó con la participación, además de Massa, de las secretarias de Energía, Flavia Royón, y Legal y Administrativa, Renata Scafati, los presidentes de YPF, Pablo González, y de Enarsa, Agustín Gere y el ministro de Energía de Neuquén, Alejandro Monteiro.
El ministro realizó la presentación del Plan Gas, en todas sus facetas e incentivos a la producción y posterior exportación. Massa aseguró que las empresas contarán con libre acceso a divisas para importar, para reenviar utilidades a las casas matrices, y no descartó otros “beneficios adicionales” a quienes cumplan con incrementos en la producción. O sea, habrá vía libre para el saqueo y la destrucción ambiental.
Asimismo, Massa anunció que volverá a poner en vigencia el Régimen de Promoción de Hidrocarburos de 2014, que fue el que dio nacimiento a Vaca Muerta con Chevrón. Recordemos que dicho acuerdo se desconoce en sus detalles, porque fue calificado como “secreto”. Todas las regulaciones posteriores de Vaca Muerta se hicieron sobre la base de dicho régimen.
Además de la presentación general, el ministro Massa luego accedió a reuniones bilaterales con directivos de Total, Chevron, British Petroleum, Bridas y ExxonMobil.
Tanto ofrecimiento de privilegios obviamente dio sus frutos, la francesa Total y la yanqui Chevron anunciaron nuevas inversiones en Vaca Muerta para 2023.
Estos anuncios profundizarán en el futuro inmediato el saqueo, el daño ambiental y la superexplotación de los trabajadores petroleros que se está dando en Vaca Muerta. Esto se viene incrementando en forma ininterrumpida en los últimos tres años. Así, en 2020 la producción de petróleo por fracking en la zona llegó a los 120 mil barriles diarios, en 2021 a los 168 mil barriles y este año ya se está en un ritmo de 226 mil barriles. YPF está a la cabeza, extrayendo el 59%, seguida por Shell y Vista Oil con el 12% cada una y Panamerican Energy con el 7%. Cuatro empresas concentran el 90% de la producción total de petróleo en Vaca Muerta. El 10% restante se lo reparten otras diez empresas, siendo la más importante Tecpetrol (Grupo Techint) con el 2,5%.
Con respecto al gas extraído en Vaca Muerta, YPF aporta el 39%, Tecpetrol el 22% y Pampa Energía (Grupo Midlin) el 10%. Estas tres empresas se reparten el 70% de la producción total de gas en Vaca Muerta.
En ambos negocios, gas y petróleo, hay un extenso campo para propiciar el saqueo por parte del capital transnacional. Eso es exactamente lo que está ofreciendo el ministro Massa, en su desesperación por “conseguir dólares” para cumplir con el ajuste exigido por el FMI y los pagos de deuda externa.
El gas y el petróleo son recursos estratégicos y no renovables. Igual que la naturaleza que se destruye con la crisis ambiental que se está generando en la zona de Vaca Muerta, además del pisoteo de los derechos ancestrales de los pueblos originarios.
El camino para que esos recursos se puedan aprovechar racionalmente no es ofrecer más privilegios para el saqueo. Al contrario, hay que rescindir todas las concesiones y concentrar todo el negocio petrolero, desde la prospección, pasando por la extracción, el refinado y la comercialización, en una YPF 100% estatal, gestionada por sus propios trabajadores. Del mismo modo, tenemos que concentrar el hoy totalmente descentralizado negocio gasífero, recreando una gran Gas del Estado que garantice el uso de este vital recurso, priorizando su acceso al conjunto de la población argentina.