Escribe Claudio Funes
Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) desembarcó la semana pasada en el país. Tiene como tarea la revisión de las metas del cuarto trimestre del 2022 correspondientes al Acuerdo de Facilidades Extendidas firmado por el gobierno del Frente de Todos en marzo pasado. Será la cuarta vez que el Fondo monitorea la gestión económica del gobierno peronista. Posteriormente autoridades argentinas visitarán Washington para finalizar las discusiones. Como vemos, toda nuestra política económica está sometida a la aprobación (o no) del imperialismo.
Uno de los puntos que se analizarán será el de la meta de déficit fiscal, la cual se alcanzó a sobrecumplir, ya que se registró un rojo del 2,4% del PBI, levemente por debajo del 2,5% acordado con el organismo multilateral para todo 2022. Sergio Massa resultó muy buen empleado recortando salarios, jubilaciones, gasto social y presupuesto para la salud y educación.
Las exigencias del FMI no cesan ni cesarán, el 76% de la deuda en moneda extranjera es con este organismo. El Gobierno ya desembolsó 1.282 millones de dólares el 9 de enero; 641 millones de dólares el 17 de enero y 674 millones de dólares el 30 de enero. Se pagaron 2.597 millones de dólares solo en el primer mes del año que salieron de los bolsillos del pueblo trabajador y sectores populares, mientras se favorecía a los grandes productores con el “dólar soja”.
Si el ajuste de Alberto Fernández y Cristina Kirchner recibe la aprobación de los mandamás del Fondo, este desembolsará 5.000 millones de dólares para la Argentina. ¿Será dinero que se utilizará para mejorar las condiciones de vida de los sectores más empobrecidos? En absoluto: se utilizarán para afrontar nuevos vencimientos, que para el corriente año suman 19.850 millones de dólares.
Los únicos que ganan en este acuerdo son el propio Fondo, los grandes capitalistas, los bancos y las multinacionales. Esto se llama saqueo y perdemos los trabajadores y los sectores populares. Es urgente romper con el Fondo y dejar de pagar la usurera deuda externa.