Escribe Diego Martínez
El asesinato de Daniel Barrientos generó una gran movilización de cientos de choferes, que protagonizaron un importante paro. La presencia de Berni generó un amplio repudio.
Alrededor de las cinco de la mañana del lunes 3 de abril dos personas subieron a robar a un colectivo de la línea 620 en Virrey del Pino, La Matanza, e iniciaron un tiroteo con un policía que se encontraba arriba de la unidad, tras lo cual resultó muerto el conductor.
La noticia de la muerte de Daniel corrió rápidamente entre los choferes y la reacción no se hizo esperar. Primero pararon los compañeros de la línea 620 y luego se fueron sumando choferes de otras líneas. Tal fue la reacción que la conducción de la UTA tuvo que avalar el paro en la zona oeste y se adhirieron a la medida varias líneas de otras zonas del AMBA. Si el paro no tuvo alcance nacional fue por el rol de la burocracia de la UTA. En declaraciones radiales, el secretario general del gremio Roberto Fernández dijo textualmente “No queremos un paro general”.
En repudio al asesinato de Barrientos y por la exigencia de medidas de seguridad los choferes cortaron la intersección de General Paz y Ruta 3. El corte comenzó temprano en la mañana y se extendió hasta entrada la noche. A medida que iba pasando el tiempo se acercaban más y más choferes, entre ellos los compañeros de la línea 60. También se hicieron presentes llevando la solidaridad con el reclamo, y fueron bien recibidos, el diputado nacional electo Juan Carlos Giordano y la diputada provincial Graciela Calderón, junto a una delegación de militantes de nuestro partido Izquierda Socialista.
El repudio a Berni y demás políticos patronales
La muerte de Daniel Barrientos se sumó a la de Leandro Alcaraz en 2018, y el asesinato de Pablo Flores en 2020. En esa ocasión el ministro de Seguridad Berni prometió la instalación de cabinas, cosa que nunca sucedió. De ahí la bronca que se expresó contra el ministro cuando este personaje quiso venir a “copar la parada” y levantar el corte de los choferes el pasado lunes.
El descontento no alcanzó solo a Berni sino también a demás políticos patronales. Se cantó contra el intendente de La Matanza Espinoza, quien se desentendió del problema, y sonó fuerte el “Que se vayan todos”. Cuando sucedió la muerte de Alcaraz en 2018 gobernaba la provincia Vidal de Juntos por el Cambio, quien tampoco dio respuesta alguna al reclamo de seguridad de los choferes.
Si vamos más atrás en el tiempo, ya en 2008, cuando Cristina gobernaba el país y Scioli la provincia, prometieron la instalación de cámaras de seguridad en los colectivos del gran Buenos Aires y nunca cumplieron esta promesa.
Que los gobiernos garanticen la seguridad de los choferes
Pasan los distintos gobiernos y el problema de la inseguridad de los trabajadores del transporte persiste. Ahora Kicillof y Berni intentan desviar el foco de atención haciendo cacheos con la policía, reforzando así el régimen represivo sobre los sectores populares.
En lugar de esta pantomima deben garantizar de una vez por todas que se instalen las cabinas de seguridad blindadas en cada unidad. Muchas fueron las quejas de las empresas de transporte acerca de los costos que demandaría la instalación de estas cabinas. Lo decimos bien claro: ¡La vida de un chofer vale mucho más que las ganancias de esas empresas chupasangres! Y reclamamos justicia para Barrientos. El gobierno peronista del Frente De Todos, que otorga fabulosas cifras en concepto de subsidios, debe garantizar por los medios que sean necesarios que de una vez por todas las empresas compren e instalen las cabinas.
Pero el problema de la inseguridad no es solo de los choferes, tenemos que pelear por erradicar la inseguridad de los barrios. De fondo, hay que desarticular la connivencia de las fuerzas de seguridad con el narcotráfico y el delito, y luchar por cortar de cuajo las causas centrales de la inseguridad: la pobreza y la marginación a la que someten los distintos gobiernos al pueblo trabajador y sectores populares. Son las consecuencias de sus políticas. Con el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y Milei siguen el ajuste, el saqueo y el FMI.