Escribe Diego Martínez

Los aberrantes asesinatos de Morena en Lanús y de Juan Carlos Cruz, el médico de Morón, despertaron una lógica indignación entre millones de trabajadores y se reavivó el debate sobre la inseguridad. Milei, Massa y Juntos por el Cambio se llenan la boca en campaña, pero tampoco logran solucionar el problema ¿Cómo hay que combatir realmente este flagelo?

La rabia por la muerte de la niña Morena Domínguez, de solo once años, no se hizo esperar. Centenares de vecinos junto a la comunidad educativa de la escuela Almafuerte de Villa Diamante se movilizaron a la Comisaría Quinta para exigir justicia. Se escucharon fuertes críticas a Grindetti, intendente de Lanús y candidato a gobernador de la lista de Bullrich, y al peronista Sergio Berni, ministro de Seguridad de Kicillof. No es para menos. Se llenan la boca hablando de mano dura pero no dan respuesta a cuestiones mínimas que hacen a la seguridad de los vecinos.

No garantizan la iluminación ni urbanización de los barrios. Lanús es una gran zona liberada y en muchos de sus barrios operan abiertamente búnkeres narco, una realidad que se extiende al grueso del conurbano bonaerense.

El contexto en el que ocurren estos crímenes aberrantes es el de una profunda crisis social y empobrecimiento de los sectores populares, caldo de cultivo para el surgimiento del narcotráfico, los hechos delictivos y la violencia en los barrios, de la que son víctimas los propios trabajadores. Así lo refleja la hermana de Juan Cruz, el médico de Morón asesinado: “Venimos de muy abajo, todo es sacrificio. Mi hermano no vive en un palacio: ese es el sueldo del ciudadano que salva vidas todos los días y no tiene un techo digno porque no alcanza, porque no le pagan bien y encima lo rematan con un tiro en la cabeza”, señaló (Diario Perfil, 11/8/2023).

¿Qué hacer para terminar con la inseguridad?

Entre las y los vecinos de los barrios se escucha un justo y lógico reclamo; hay que acabar con la inseguridad.  

Los candidatos patronales, el ultraderechista Milei, Bullrich y Massa proponen más mano dura y policías en la calle, pero está demostrado que esta no es la solución. Una parte de la policía es cómplice del delito. No hay delito grave (tráfico de drogas, trata de personas, secuestros, salideras bancarias) sin que haya complicidad de los altos mandos policiales que en algunas oportunidades “liberan” zonas para el robo a cambio de un porcentaje de lo hurtado. En el año 2009 se conoció el caso de Luciano Arruga, de La Matanza, que se negó a robar para la policía y terminó siendo desaparecido y asesinado.

Los gobiernos patronales, sean de Juntos por el Cambio o el peronismo, no atacaron las causas de fondo de la inseguridad, que son la pobreza y la exclusión social que se generan como consecuencia de las políticas de ajuste al servicio del FMI. Ni hablar de cómo crecerían estos problemas si se lleva adelante el programa económico que propone Milei.

Solo el Frente de Izquierda Unidad tiene propuestas que acabarían realmente con este flagelo. Empieza por luchar por un plan económico que parta de dejar de pagar la deuda para terminar con el hambre, la pobreza, la desocupación y la marginalidad. Queremos educación, salud y trabajo. Que los jóvenes tengan un futuro para no caer en el delito siendo utilizados por los narcos o la policía como carne de cañón.

Por otra parte, hay que terminar con las cúpulas policiales corruptas y los jueces cómplices. Tenemos que ser los vecinos quienes elijamos por voto directo a los comisarios, así como a los jueces a través del voto popular. Apoyamos la autoorganización y movilización de los vecinos que vayan en este camino. En distintos barrios se vienen dando asambleas donde se discuten medidas para disuadir el delito, sin caer en los linchamientos ni la justicia por mano propia, y controlar el accionar policial. De esta forma, con los cambios de fondo que necesita el país, podremos empezar a detener este terrible drama social de la inseguridad.