El Estado sionista de Israel ha escalado las agresiones militares genocidas sobre el Líbano. Esta escalada está marcada por las detonaciones masivas de “beepers” y radios entre el 16 y el 17 de septiembre, los bombardeos masivos sobre Beirut y otras ciudades que desde las jornadas del 23 asesinaron a más de mil personas, el desplazamiento masivo de cerca de un millón de habitantes y el asesinato del jefe máximo de Hezbollah, Nassan Nasrallah, y otros dirigentes.
La operación “Flechas del Norte” (como Israel denomina sus acciones militares sobre el Líbano) busca penetrar en el sur del país para extender la frontera norte de Israel, como mínimo, hasta el Río Litani con el objetivo de disponer de un espacio de seguridad entre Israel y el Líbano, zona que esté controlada un 100% por las fuerzas de ocupación sionistas e imperialistas, retrotrayendo la situación a antes del año 2000, cuando Israel tuvo que salir de esa región y devolverle los territorios al Líbano, luego de haberlos ocupado desde el año 1985.
Con ese objetivo, han instado al desalojo de veinte ciudades y aplicado fuego aéreo y de artillería que se ha intensificado durante el martes 1 de octubre. Israel ha notificado a su socio imperialista de los Estados Unidos de su intención de realizar una incursión terrestre disfrazada de “redadas limitadas, localizadas y selectivas” para destruir a Hezbollah. ¡Falso! Nada de localizado ni selectivo, Israel realiza bombardeos sobre áreas densamente pobladas y asesina sistemáticamente a la población civil para amedrantar al conjunto de los pueblos, el palestino y libanés. Israel no quiere proteger a la población del “terrorismo”. Israel es un estado genocida y terrorista que busca el desplazamiento masivo de la población original y la ocupación militar de las tierras en Palestina, y ahora también, nuevamente, en el Líbano.
Para concretar esta agresión militar y la posible invasión terrestre sobre el sur del Líbano, Netanyahu cuenta con el criminal apoyo de los Estados Unidos, quienes (a pesar de pedir junto a Francia un alto el fuego de veintiún días) garantizan la impunidad mundial y el apoyo económico, político y material a Israel. Solo para dar un ejemplo, se estima que gran parte de las bombas de 900 kilogramos utilizadas en los ataques sobre Beirut fueron provistas por los Estados Unidos y lanzadas por sus aviones F-35. En ese sentido, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin afirmó que “Estuvimos de acuerdo en la necesidad de desmantelar la infraestructura de ataque a lo largo de la frontera para garantizar que Hezbollah no pueda perpetrar ataques similares a los del 7 de octubre”. Además, Estados Unidos planea el refuerzo de soldados y más aviones cazas para fortalecer al portaaviones Abraham Lincoln, instalado en el golfo de Omán. Mientras esto sucede, Joe Biden, en medio de la campaña electoral junto a la demócrata Kamala Harris, busca hacer malabares y despegarse con abstractas propuestas de alto el fuego que cada vez están más lejos de cumplirse.
Las nuevas agresiones militares y la amenaza de una invasión terrestre por parte del ejército israelí sobre el Líbano son una nueva acción criminal de Netanyahu y su régimen nazi-sionista y ultra religioso, para evitar su caída. Netanyahu requiere sostener la guerra para permanecer en el poder mientras fracasa en su objetivo de destruir a Hamas y al conjunto de la resistencia palestina, y ahora, a Hezbollah. Parte de esta política guerrerista son también los bombardeos ejecutados contra los rebeldes hutíes en Yemen.
Mientras buscan extender las agresiones al Líbano, continúa el genocidio sobre Gaza y Cisjordania. A poco de cumplirse un año de la nueva fase del genocidio comenzado en 1948, más de 40.000 personas fueron asesinadas, entre ellos miles de mujeres y niños. Israel busca la limpieza étnica en Gaza y Cisjordania, busca ocupar todo el territorio histórico, con su política de echar a los palestinos y palestinas e instalar el “Gran Israel”. Israel desconoce todos los acuerdos diplomáticos y Netanyahu se paseó por la ONU afirmando que “no hay rincón de Medio Oriente al que Israel no pueda llegar”, ante la mirada cómplice de las autoridades y fracasados expertos diplomáticos y la pasividad de los países árabes. Israel busca la guerra permanente y el exterminio, demostrando una vez más, sobre miles de muertos, desplazados y refugiados, el fracaso histórico de la falsa política de los “Dos Estados” sostenido por el imperialismo.
A un año de la invasión a Gaza, las movilizaciones y acciones de solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino han comenzado a recuperar iniciativa. El pasado 27 de septiembre se realizó una huelga general y grandes movilizaciones en el Estado Español y se preparan importantes acciones de solidaridad en diversas ciudades del mundo. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a sostener la movilización mundial en solidaridad con el pueblo palestino y exigimos a los gobiernos del mundo que rompan relaciones diplomáticas, políticas, económicas, militares y culturales con Israel ¡Basta de enviar armas! ¡Basta de financiar el genocidio! ¡Basta de muertos por hambre y enfermedades! ¡Apertura ya de las fronteras para el ingreso de la ayuda humanitaria! ¡Fuera Israel de Gaza, Cisjordania, de toda Palestina y del Líbano! ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista! ¡Viva Palestina libre del río al mar!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores
Cuarta Internacional (UIT-CI)
1 de octubre de 2024