Escribe Mónica Schlotthauer, delegada ferroviaria del Sarmiento y diputada nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad
Las organizaciones sindicales que representan a las y los trabajadores aeronáuticos, Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Asociación del Personal Aeronáutico (APA), se vienen movilizando por aumento salarial y contra la privatización de Aerolíneas Argentinas (AA). Lejos de responder a las demandas del conflicto, el gobierno amenaza con la privatización y el desguace de la empresa.
Desde Izquierda Socialista repudiamos esta política del ultraderechista Javier Milei y manifestamos nuestra solidaridad con las y los trabajadores del sector. Consecuente con esto, nuestra bancada acompañó a los aeronáuticos en la concentración de Plaza del Congreso; posteriormente, fuimos testigos en una reunión de una Comisión de Diputados y funcionarios del Ministerio, ambos defensores de los proyectos del Pro y la Coalición Cívica para privatizar la línea de bandera.
Como en una reedición del menemismo noventista de “ramal que para, ramal que cierra”, el gobierno, lejos de buscar soluciones, ha lanzado una campaña reaccionaria cuyo centro es: “contra los aeronáuticos que reclaman, la aerolínea se cierra”. Con una paritaria atrasada, la pérdida salarial que denuncian las organizaciones gremiales es del 80%; por eso los tres gremios han rechazado el 11% ofrecido y solo APTA (personal técnico) y Upsa (personal superior) han aceptado esta propuesta indecente. Ante la negativa del gobierno ultraderechista a continuar negociando, reclamamos que se convoque una mesa salarial paritaria donde se establezca un plan de recomposición salarial por el poder adquisitivo perdido.
La privatización de AA ya fue un fraude y un fracaso
Del fracaso de la privatización de Carlos Menem en 1990 se niegan a hablar. Aerolíneas Argentinas era una empresa rentable y prestigiosa, con una flota de aviones de carga y pasajeros que garantizaba conectividad y rutas federales e internacionales. Sin embargo, fue destruida por buitres privatistas como Iberia, American Airlines y el Grupo Marsan, un desfile de piratas aéreos vaciadores que se llevaron hasta los repuestos y dejaron una deuda millonaria y fraudulenta. Iberia, una empresa deficitaria, en un año vendió aviones, las propiedades de AA en las principales ciudades del mundo y las rutas internacionales. Con lo recaudado, salvó a la propia Iberia y encima nunca pagó el préstamo de 260 millones de dólares con los que compró AA, a precio vil, un pasivo que quedó en las cuentas de la empresa.
Después, American Airlines, y el Grupo Marsan hicieron lo suyo profundizando el desmantelamiento y endeudamiento fraudulento de la empresa, que hasta hoy constituye parte importante del déficit de AA. En 2008 el gobierno peronista kirchnerista “rescató” la empresa con una reestatización engañosa. En vez de desconocer las deudas y crear una empresa sociedad 100% estatal, el gobierno kirchnerista transformó Aerolíneas como una sociedad anónima (S.A) y se hizo cargo de todo el desfalco financiero. Peor aún, entregó la administración a funcionarios de La Cámpora, lo que fue un desastre.
Aerolíneas 100% estatal
Queda claro que el déficit de AA es producto de negociados entre empresarios y gobiernos corruptos. Por eso rechazamos el proyecto de privatización o descuartización propuesto por el gobierno ultraderechista para desviar el foco del justo reclamo salarial. Ahora trascendió que el gobierno de Milei estaría en negociaciones con empresas que repiten la historia de Iberia: Avianca, Azul, y Gol. Las tres, están en procesos de quiebra y con deudas millonarias.
Aerolíneas debe recuperar el servicio comercial de bodegas y cargas que el gobierno de Macri se negó a reflotar. Ni la provincialización, ni la desarticulación de las líneas en rutas que se lleven las low cost son una salida. En primer lugar, las empresas privadas solo están interesadas en los servicios rentables, sean rutas turísticas y/o del petróleo. Así fue en los ‘90. Solo diez ciudades quedaron con servicios aéreos. Actualmente hay treinta y nueve. Pero además, todos los servicios privados reciben subsidios y beneficios de las provincias, lo que demuestra que no es el libre mercado el que resuelve la conectividad.
Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad y nuestra bancada rechazamos estas nuevas maniobras para beneficiar a grandes grupos económicos y cumplir con el FMI. Junto a las y los diputados del Frente de Izquierda, estamos elaborando un proyecto para sumarnos a la lucha en defensa de Aerolíneas Argentinas. Proponemos que sea 100% estatal y puesta a funcionar bajo gestión y administración democrática de sus trabajadoras y trabajadores. Como parte de un sistema de transporte único e integrado en manos del Estado, a fin de brindar un servicio eficiente, seguro y accesible para millones, que no se guíe por el lucro privado ni la ganancia capitalista, sino en función del desarrollo del país y en beneficio del pueblo trabajador.