Escribe Nicolás Núñez, referente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
El 9 de Julio, al presentar la firma del Pacto de Mayo, Javier Milei afirmó: “Dios bendijo a la Argentina con una riqueza enorme en recursos naturales”, pero hasta ahora los políticos “han escuchado más las demandas de minorías ruidosas de organizaciones ambientalistas financiadas por millonarios extranjeros, que la necesidad de prosperar que tienen los argentinos”. Definió como enemigo al movimiento socioambiental, a favor de los principales millonarios extranjeros que bancan con entusiasmo su aventura libertaria: las petroleras y mineras.
Con la Ley Bases y el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), Milei trazó un camino inspirado en el Código Minero menemista de los ‘90 y en el Pacto de Cristina Kirchner con Chevron para impulsar el fracking de Vaca Muerta. El impulso desembozado al extractivismo se hace ahora sin ningún doble discurso y con la complicidad de gobernadores e intendentes de Ushuaia a la Quiaca, sean peronistas, radicales, macristas o partidos locales.
Los partidos patronales que gobiernan Argentina definieron que el sacrificio de los territorios y la entrega de bienes comunes estratégicos (energéticos, minerales y hasta el agua) a las multinacionales, son el camino para juntar dólares para pagar la deuda externa. Además de sostener las ganancias empresariales y rapiñar una porción para sostener sus aparatos políticos.
El complemento de esta política de saqueo es el incremento de la criminalización. El 2024 estuvo plagado de juicios contra comunidades originarias y activistas socioambientales. Patricia Bullrich se ha propuesto llevar hasta el final la política muchas veces anunciada de crear un comando unificado de fuerzas represivas para defender las “unidades productivas”.
El movimiento socioambiental tuvo un año donde primaron los intentos de articulación ante los ataques, sin poder retomar el camino de las grandes movilizaciones. Así quedó plasmado en el conversatorio que realizamos desde Ambiente en Lucha junto a decenas de activistas de todo el país para balancear el año.
Desde nuestra agrupación, entre una inmensa cantidad de peleas, intervenimos, desde Tierra del Fuego hasta el Partido de La Costa, en la Red de Comunidades Costeras contra la ampliación de Vaca Muerta y sus polos de exportación en el Golfo San Matías (Río Negro) y la instalación de las off shore en el Mar Argentino. Somos parte destacada de la resistencia al RIGI en las grandes movilizaciones obreras de la provincia de Santa Cruz. Participamos de la lucha contra las autovías por medio de las sierras cordobesas y la criminalización a las y los asambleístas. Seguimos la pelea en Jujuy contra los procesamientos del régimen represor de la constitución de Gerardo Morales y acompañando a las comunidades que continúan enfrentando a la megaminería de litio. Nos organizamos con los espacios que rechazan la reprivatización del Río Paraná y el desarrollo de un Canal Magdalena al servicio de los capitales chinos. Impulsamos junto a la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones la Campaña Plurinacional “NO AL RIGI” que aglutinó a la casi totalidad de las Asambleas Socioambientales del país.
El 2025 nos tiene que encontrar buscando el camino de masificar cada uno de estos canales de articulación al servicio de construir un freno al extractivismo sin grieta entre quienes nos gobiernan.