El drama de la inundación de Bahía Blanca es una postal de cómo actúa este gobierno. Por segunda vez desde que gobierna Javier Milei, la ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires vive esta catástrofe. A poco de asumir, disfrazado de militar voló a la zona y dijo su frase brutal: “que se arreglen”. Esta vez ni siquiera se asomó; sí lo hizo Patricia Bullrich y sufrió el repudio popular. Este gobierno, que paralizó la obra pública y que es negacionista del cambio climático -dos elementos centrales para entender el desastre de Bahía- ahora dice que podría aportar sólo 10.000 millones de pesos. Una suma insignificante en comparación a lo que se necesita.
Lo más vergonzoso, es que Milei responde de ese modo en la misma semana que publica un DNU para negociar un nuevo y mayor endeudamiento con el FMI. Para comparar: sólo en enero se pagaron 4.700 millones de dólares a los pulpos acreedores, o sea casi 5 billones de pesos, una suma 500 veces superior a lo que ahora promete para Bahía Blanca. Toda una postal de estos tiempos: mientras el pueblo trabajador da conmovedoras muestras de solidaridad, con toneladas de donaciones de ayuda, el gobierno del ultraderechista prioriza a los pulpos acreedores.
Las imágenes impactantes del drama bahiense no pueden opacar la otra pesadilla que viven las familias trabajadoras: la pulverización absoluta de sus salarios y jubilaciones, provocada por una inflación galopante que le ganó por goleada al poder adquisitivo popular en 2024. Pero que, ahora en 2025, el Gobierno quiere profundizar explícitamente. Ya no sólo no homologando acuerdos salariales por lo perdido, sino buscando que la caída se profundice este año. Así, el gobierno de Milei ha planteado un techo salarial del 1% para marzo, y luego, en escala descendente, 0,8% para abril y 0,5% para mayo. Haciendo más escandalosa que nunca la inacción de la CGT y el mantenimiento de su pacto con el Gobierno. Es tan vergonzoso todo, que ahora la cúpula burocrática se vio obligada a reunirse, plantear su apoyo “formal” a las marchas de las y los jubilados y al 24 de marzo, e informar que se reunirá el 20 de marzo para “evaluar” un plan de lucha. Por ahora sin noticias de lo más importante: un nuevo paro general contra Milei y su plan motosierra.
Esta parsimonia cegetista contrasta, sin duda, con otro hecho conmovedor: la solidaridad y apoyo creciente que vienen ganando las marchas de las y los jubilados, entre lo que se destaca un nuevo hecho: el apoyo explícito de las hinchadas de fútbol que junto a otras personalidades, llaman a concurrir y apoyar a las y los jubilados contra la represión policial.
Mientras se suceden estos hechos, se siguen sumando nuevas revelaciones del cripto-gate, que demuestran cada vez la responsabilidad directa de Milei y su hermana, reflejando un nivel de corrupción escandaloso. Y el nombramiento por decreto de Manuel José García Mansilla como nuevo juez de la Corte Suprema, no sólo pasando por encima de todas las disposiciones constitucionales, sino también dándole una silla en el máximo tribunal a este personaje reaccionario, miembro del Opus Dei, militante contra la legalización del aborto y promotor de la impunidad de los genocidas de la dictadura.
Ante esta realidad, es más importante que nunca realizar un muy masivo 24 de Marzo, marchando a Plaza de Mayo y en todo el país. Deben confluir ahí no sólo la histórica lucha por Memoria, Verdad y Justicia, sino todos y cada una de las peleas contra Milei, su motosierra y sus políticas anti derechos. Hay que transformarla en la continuidad de las grandes movilizaciones del 1F y del 8 de marzo. Haciendo que suene cada día más fuerte: ¡Basta de Milei!