Escribe Diego Saavedra, delegado de la Junta Interna de ATE y candidato a diputado nacional por Izquierda Socialista en el FIT Unidad
Después de la media sanción de la Ley de Emergencia Pediátrica en Diputados, la lucha del Garrahan sigue más fuerte que nunca. Las asambleas del conjunto del hospital ratificaron la predisposición para ir hasta el final en la pelea por aumento salarial y para frenar el desfinanciamiento.
Después de tres meses de una histórica lucha que comenzó con un paro por tiempo indeterminado de las y los residentes y que luego se trasladó al conjunto de trabajadoras y trabajadores, el Garrahan está lejos de aflojar. Pese a los aprietes y a las campañas de calumnias del gobierno ultraderechista de Javier Milei y sus usinas “desinformativas”, la pelea se sostiene sobre dos pilares que se encuentran cada vez más sólidos. El primero es la predisposición a la lucha, que es ratificado en cada una de las multitudinarias asambleas. El segundo es el inmenso apoyo popular que se ha convertido en una causa nacional, como se hace visible en cada acción que se convoca y que hace pocos días fue medido por una de las principales encuestadoras del país.
La consultora Zuban Córdoba indicó que más del 80% de los encuestados apoya el reclamo. Un enorme respaldo al Garrahan y a sus trabajadores que se ha convertido en un símbolo de la defensa de la salud pública frente a las políticas de ajuste del gobierno.
La votación del proyecto de Ley de Emergencia Pediátrica en la Cámara de Diputados es sin lugar a dudas una conquista directa de la lucha. Nadie puede confundirse al respecto. Los 159 votos favorables, uno de los números más altos de un proyecto contra el ajuste, son consecuencia de innumerables jornadas de paro, masivas movilizaciones y festivales. Y si existe una posibilidad de que el Senado le dé en las próximas semanas una sanción definitiva es por la perseverancia en la pelea y por el enorme apoyo social.
El proyecto incluye una cláusula de actualización salarial como mínimo a los niveles de noviembre de 2023 y una serie de medidas en torno a los fondos que garanticen el correcto funcionamiento. De aprobarse se habrá dado un gran paso contra la motosierra y el enorme deterioro salarial que ya ha producido que renuncien más de 250 profesionales vitales para el funcionamiento cotidiano. Pero de ninguna manera habrá terminado la lucha.
Para lograr los objetivos centrales, salarios dignos y el freno al desfinanciamiento, la pelea se tiene que profundizar y se debe confluir con otros sectores en lucha. Así ha sido resuelto por las asambleas, con la propuesta del 28 de agosto como fecha tentativa para una gran movilización unitaria que coincida con otros sectores contra la motosierra de Milei como la ciencia, la cultura y la universidad.
Desde Salud y Estatales en Marcha, integrantes de la corriente sindical A Luchar, creemos que hoy más que nunca hay que hacer los máximos esfuerzos para que triunfe el Garrahan. Así lo expresamos en el reciente Plenario Nacional del Sindicalismo Combativo del pasado 16 de agosto. Es imprescindible que fortalezcamos esta emblemática lucha mientras exigimos a las conducciones sindicales como ATE, CTA, Cicop y Fesprosa, medidas efectivas de apoyo verdaderamente organizadas, y no meras declaraciones para cumplir. Como dijo nuestra diputada Mercedes de Mendieta en su discurso en el Congreso el 6 de agosto: “Hoy defender al Garrahan no es una opción, es una obligación”.










