Dec 05, 2024 Last Updated 9:16 PM, Dec 4, 2024

Son 2.500 presas y presos, en su mayoría jóvenes, que purgan en la cárcel su osadía de haber participado de las grandes movilizaciones contra el gobierno superexplotador de Piñera. Muchos de ellos llevan más días en la cárcel que el tiempo de una eventual condena. Se trata de una represión deliberada para intimidar a los millones que salieron, desde octubre de 2019, a las calles en contra de los abusos y por justas demandas de cambios sociales y democráticos.

Con 2.500 presas y presos el afán intimidatorio de Piñera es evidente, está diciendo: “Si tú peleas por mejores condiciones de vida irás preso”.

Este reclamo de libertad se hace hoy más urgente ante el peligro de contagio del coronavirus en cárceles superpobladas y en medio de delincuentes comunes.

El estallido social contra el gobierno de Piñera tuvo un amplio apoyo, solidaridad y simpatía de los pueblos del mundo. Apelamos a esa solidaridad para iniciar una campaña internacional que inunde por las redes, con fotos o videos, el clamor unánime por la liberación de los 2.500 presos políticos.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
18 de abril de 2020

 

 

Declaración de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores

8M: por una jornada mundial de lucha contra los gobiernos ajustadores y por el derecho a decidir

Una nueva jornada mundial de lucha nos encuentra a las mujeres trabajadoras en las calles. Somos las bolivianas en lucha contra el reaccionario golpe cívico militar de Añez-Camacho. Somos las trabajadoras francesas luchando contra la reforma previsional de Macrón. Somos las ecuatorianas y las portorriqueñas movilizadas contra el ajuste del FMI y sus gobiernos títeres. Somos las argentinas en la calle por el aborto legal. Somos las brasileras reclamando justicia por Marielle Franco y contra las medidas misóginas y ajustadoras del reaccionario gobierno de Bolsonaro. Somos las mexicanas movilizadas contra los femicidios que siguen creciendo de manera alarmante. Somos las peruanas en lucha contra la violencia de género. Somos las trabajadoras panameñas reclamando contra los despidos masivos del gobierno de Cortizo. Somos las mujeres turcas exigiendo basta de criminalización a las luchas feministas. Somos las colombianas luchando contra la persecución y el asesinato de las y los luchadores sociales. Somos las iraquíes y las libanesas en lucha contra el hambre, la represión del gobierno y los ataques del imperialismo yankee. Somos las jóvenes y las indígenas peleando por el medioambiente, por la expulsión de las multinacionales mineras y la destrucción de nuestros territorios y comunidades. Somos las migrantes que reclamamos que ningún ser humano es ilegal y que peleamos por la igualdad de derechos para el acceso al trabajo, a la salud y la educación. Somos la rebelión de las mujeres en esta nueva oleada de luchas feministas que se expresa con fuerza sumando reclamos y enfrentando en la primera línea a los gobiernos capitalistas. Por eso, somos sobre todo las mujeres trabajadoras chilenas que enfrentamos día a día al gobierno reaccionario de Piñera en las calles, resistiendo ante la represión y la tortura que adquiere un carácter doblemente vejatorio al castigarnos con la violencia político-sexual que implica violaciones y todo tipo de torturas sexuales por el hecho de ser mujeres.

Este 8 de marzo, día internacional de luchas feministas para las trabajadoras de todo el mundo desde hace más de 100 años, necesitamos no solo reivindicar la historia de las obreras que murieron quemadas en una fábrica en Nueva York en 1908 en medio de una huelga por aumento de salarios o recordar el legado que la revolucionaria socialista alemana Clara Zetkin nos dejó al proponer nuestra fecha en el congreso internacional feminista de 1910 en Copenaghe y rememorar la heroica lucha de las trabajadoras rusas que en 1917 dieron el puntapié inicial para comenzar la gran Revolución Rusa al movilizarse el 8 de marzo (febrero en su calendario). Si no que necesitamos poner en pie una gran jornada de lucha que logre avanzar en la organización internacional de las trabajadoras de manera independiente de los gobiernos capitalistas y que nos sirva para conquistar todas nuestras demandas.

En este mundo capitalista y patriarcal, las mujeres somos las más oprimidas entre los oprimidos y las más explotadas entre los explotados. Pues no solo somos consideradas ciudadanas de segunda en gran parte del mundo ya que no tenemos ni derecho a manejar o a votar, como en muchos países de Medio Oriente, sino que en todos los países del mundo aun seguimos trabajando una doble jornada no reconocida. En este mundo patriarcal, todas las tareas de limpieza y cuidado doméstico que suelen estar a cargo de las mujeres como si fuera parte de una distribución sexual “natural” de trabajo, no están remuneradas e incluso no se reconocen como trabajo. Pero, además, esta carga de trabajo aparece como argumento de los capitalistas para pagarnos menos ante igual tarea (brecha salarial) y para relegarnos a los trabajos más precarios. Por eso somos las contratadas en los trabajos peor pagos. Con los planes de ajustes de los gobiernos y las reformas jubilatorias, somos las primeras en ser despedidas y seremos las más afectadas con el desguace de los fondos previsionales.

Por eso, en esta nueva jornada de lucha volvemos a exigirles a las centrales sindicales, sindicatos y organizaciones de trabajadoras y trabajadores a que llamen al Paro Internacional feminista como una medida efectiva que implique la huelga de toda la clase obrera por todos nuestros derechos. Necesitamos al conjunto de la clase trabajadora movilizada junto a nosotras contra los feminicidios y los trans travesticidios, contra las muertes por abortos clandestinos que las iglesias se empeñan en sostener para seguir sometiéndonos, contra el gran negocio capitalista de la trata de mujeres, niñas y niños para la explotación sexual, contra la brecha salarial y la discriminación laboral, por la libre circulación de las migrantes y por el acceso a todos los derechos sociales. Vamos contra los planes de ajuste de los gobiernos capitalistas y del imperialismo que quiere seguir pagando las fraudulentas deudas externas al FMI, porque nosotras no vamos a pagar la crisis.

Construyamos una gran jornada mundial de lucha internacionalista, anticapitalista, antipatriarcal y antirracista en el camino por nuestra emancipación.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
Marzo 2020

El pasado 26 de enero se llevaron a cabo las elecciones a congresales en Perú en medio de una crisis política aguda del régimen y del gobierno patronal de Vizcarra.


Enrique Fernández Chacón, dirigente de UNIOS, en el Frente Amplio (FA), y Arlette Contreras, luchadora Feminista referente de Ni Una Menos y que hizo campaña junto a Isadora Perú y Uníos, entraron como diputados nacionales del Frente Amplio. El FA logró el 6,1% nacional, superando la valla electoral, y un total estimado de más de 10 diputados. Triplicando los resultados de hace un año y medio en Lima. Estos resultados se enmarcan en la gran dispersión del voto, derrumbe de los partidos tradicionales por la corrupción y por gobernar para las multinacionales explotando al pueblo trabajador del Perú. Un claro ejemplo de ese derrumbe es que el partido (que más votos, Acción Popular, del que era parte el ex presidente Belaunde Terry, logró el 11.5%. Y el fujimorismo solo llegó al 8% bajando de 73 diputados a 12. El viejo APRA, del suicidado ex presidente Alan García acusado de corrupción, solo llegó al 2,8% y queda fuera del Congreso luego de 60 años.

Como correctamente lo señala el programa de campaña de Uníos: “El hartazgo del pueblo chileno y la resistencia al paquetazo del pueblo ecuatoriano, muestran que el agotamiento del modelo es a escala continental. Sin lugar a dudas esas luchas son el telón de fondo, sumado al cierre del Congreso, de estas elecciones en Perú.

Nuestras demandas van en el sentido de atacar el modelo y sus consecuencias, para reemplazarlo por uno al servicio de los trabajadores y los pueblos, contra la corrupción y por una Asamblea Constituyente. Solo un gobierno de los trabajadores y los pueblos puede garantizar su realización. Nuestros candidatos Enrique Fernández Chacón (N° 1) y Carlos Portillas (N° 15) plantean sobre el capítulo económico: “Hay que cambiar todo lo haya que cambiar, para satisfacer las necesidades de los trabajadores, el pueblo y las grandes mayorías”.

Pedimos el voto para candidatos que proponen cambiar el país y construir una alternativa política desde la izquierda con el Frente Amplio opuesta al fujiaprismo, sus comparsas como Acción Popular, Alianza Para el Progreso y al gobierno liberal de Vizcarra.

Desde Uníos en el Frente Amplio peleamos por una izquierda al servicio de las luchas y que se postule para dirigir el país. Apelando siempre a que la garantía es la gente en la calle y no solo una bancada consecuente. Afirmamos esto último, una y otra vez, porque es un elemento de diferenciación con la vieja izquierda de Juntos por el Perú y Perú Libre y todos los sectores oportunistas”.

Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), saludamos la campaña a pulmón y el esfuerzo militante de las y los compañeros de UNIOS, sección peruana de la UIT-CI, y la conquista de estas nuevas bancas al servicio de los trabajadores, las mujeres y los sectores más postergados de Perú. Saludamos, también, al compañero Enrique Fernández Chacón, quién con su trayectoria y coherencia política, demostró ser una referencia para las y los trabajadores y los sectores populares de Lima que lo acompañaron con su voto.

Escribe Adolfo Santos

Los trabajadores franceses están protagonizando una de las mayores luchas de su historia. Con más de 40 días, el paro de los transportes ferroviarios, uno de los principales sectores donde se apoya el enfrentamiento a las políticas de ajuste del gobierno, es el más largo desde la creación de la empresa de ferrocarriles, SNCF, en 1938. Pero no son solo los ferroviarios, decenas de miles de trabajadores de diferentes sectores, organizados en las principales centrales sindicales, como CGT y CFDT, han obligado a sus direcciones burocráticas a sumarse a la lucha.  

Ni las festividades de Navidad y Año Nuevo consiguieron frenar las movilizaciones, huelgas y manifestaciones contra el proyecto del gobierno de reforma previsional. Una lucha justa, ya que la propuesta de Macron apuesta a quitar derechos con la intención de ajustar a jubilados y pensionados. Es inaceptable la medida de unificar los 42 regímenes existentes de pensión, que expresan las particularidades de los diferentes tipos de trabajo en un régimen único para reducir gastos, mientras Macron suprime el impuesto a las grandes fortunas. Un verdadero ajuste que la clase trabajadora francesa no está dispuesta a aceptar.

Acorralado por la fuerza de la movilización y el desgaste que le impone un amplio apoyo popular a la lucha de los trabajadores, el gobierno comenzó a hacer pequeñas concesiones, como permitir que personal policial y militar, así como los pilotos y controladores aéreos continúen jubilándose de forma anticipada. El pasado sábado 11 en medio de grandes protestas y movilizaciones, se vio obligado a retirar, aunque de forma provisoria, el aumento de la edad mínima de 64 años, manteniendo el de 62. Este avance parcial lo intenta usar el gobierno con el objetivo de dividir al movimiento, como expresan los voceros de Macron para que se levante el paro, ya que “no hay razón para que este conflicto continue”.

Justamente, Laurent Berger, secretario general de la burocrática Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), que sólo entró en la lucha, por presión de los trabajadores después que el gobierno incluyó en el proyecto de reforma el aumento de la edad mínima, ahora estaría dispuesto a sentarse a negociar. Para eso tendrá que convencer a su base, fundamentalmente a los cheminots (ferroviarios) organizados en la CFDT, que se sumaron al movimiento de huelga mucho antes que su propia Confederación lo decidiera y ven a Berger, que no participa de las movilizaciones, como muy complaciente con el gobierno de Macron.

En ese sentido jugarán un papel importante los trabajadores organizados en la CGT, que tras el anuncio de reducción de la edad por parte del primer ministro Edouard Philippe, advirtieron que seguirían “más resueltos que nunca” batallando para lograr la retirada total del proyecto del gobierno. Es evidente que la retirada de la edad mínima, de forma provisoria, es una maniobra, ya que mantiene el eje central del proyecto, que es la fusión de los 42 regímenes de pensiones actuales en uno solo, con el objetivo de igualar para abajo a partir de reducir derechos. O sea, un proyecto que apunta a sacrificar a los trabajadores para resolver los problemas financieros creados por los gobiernos capitalistas.

En Francia hay una lucha abierta que todavía no se ha definido. De un lado Macron y su gobierno de los ricos, apostando al desgaste del conflicto, tratando de mostrar a la opinión pública, donde los huelguistas cuentan con amplia simpatía, que el gobierno tiene buena voluntad y que los trabajadores no quieren negociar. Por el otro los trabajadores dispuestos a resistir hasta que se retire totalmente el proyecto, como lo consiguieron en 1995, cuando obligaron al entonces primer ministro Alain Juppé, a deponer su propuesta de reforma.

Las protestas de 2019/20 ya han superado las de 1995, por tanto hay condiciones de derrotar al gobierno. Las bases vienen demostrando una inmensa capacidad de lucha y si no han avanzado más es por la actitud conciliadora de las direcciones burocráticas, esencialmente la CFDT, la mayor central, que se niegan a ir a fondo contra el plan de ajuste del gobierno y acaba aceptando negociar que sean los trabajadores los que paguen por los “desequilibrios financieros” producidos por los gobiernos patronales. Por su parte, el mismo sábado 11, la CGT y otros sindicatos opositores volvieron a convocar una nueva manifestación para el próximo jueves 16 de enero. Será la sexta manifestación desde el inicio del conflicto, el 5 de diciembre, donde existen condiciones para que sea una gran jornada.

Desde Izquierda Socialista/FIT-Unidad y la UIT-CI, apoyamos esa nueva convocatoria y continuaremos difundiendo y llevando solidaridad a esta importante lucha para que consiga vencer.

Reproducimos la declaración de la UIT-CI (Unidad Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, Cuarta Internacional), organización mundial de la que Izquierda Socialista es parte, ante el asesinato del dirigente iraní Qasem Soleimani, perpetrado por el gobierno de Donal Trump en Bagdad.

El asesinato del comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, general Qasem Soleimani y de varios líderes chiitas iraquíes en el Aeropuerto de Bagdad, mediante misiles disparados desde drones, que Estados Unidos denominó hipócritamente de “medidas defensivas”, es parte de la intervención militar permanente de Estados Unidos en Medio Oriente, sea en forma directa, o mediante su principal agente en la región: Israel.

Para el imperialismo en general y el yanqui en particular, el dominio de Medio Oriente es clave por su inmensa riqueza petrolera, que aporta una parte sustancial de la energía mundial. Recordemos que Estados Unidos invadió Irak en el 2003, bajo la presidencia de George Bush, argumentando que tenía armas que amenazaban a Estados Unidos. Finalmente tuvo que retirar sus tropas en el 2011, pero dejando bases militares con 5.000 soldados. Desde entonces el gobierno de Irak es relativamente dependiente de Irán, y hay una disputa permanente por el control del poder. En los últimos meses hubo una rebelión popular contra el gobierno, su corrupción y política económica antipopular.

Irán es, desde la revolución de 1979 que derribó la monarquía pronorteamericana, un país relativamente independiente del imperialismo, con una conducción burguesa islámica, de la rama chiita, que trata de afianzarse como potencia regional, chocando permanentemente con Estados Unidos y sus aliados Israel y Arabia Saudita. Su aspiración de desarrollar la energía nuclear fue uno de los puntos de discordia y que llevó a sanciones comerciales que bloquearon sus ventas de petróleo. Con Obama llegó a un acuerdo de limitar el desarrollo nuclear a cambio de eliminar las sanciones. Para debilitar Irán y fortalecer su alianza con Israel, Trump rompió ese acuerdo, aunque no fue apoyado por la Unión Europea.

En Irán también hay un movimiento de protestas populares cuestionando el régimen dictatorial islámico y los problemas económicos que se descargan sobre los trabajadores.

Por su parte el imperialismo, bajo Donald Trump, cada vez más resistido dentro de Estados Unidos y con un proceso de impeachment  en curso,  afronta su propia crisis política y todo indica que busca algún “éxito” internacional para fortalecer su base votante para ganar las elecciones de noviembre de este año.

El contexto regional de Medio Oriente es de guerras permanentes y rebeliones populares en los últimos años. Entre ellos la rebelión popular y guerra civil siria (en la que Irán intervino junto a Rusia en apoyo directo al dictador Al Assad). La guerra civil y la intervención genocida de Arabia Saudita con apoyo yanqui en Yemen, mientras que los rebeldes son apoyados por Irán. También el surgimiento del Estado Islámico dentro de Irak, que luego se extendió a Siria, aunque hoy está derrotado.

En ese contexto explosivo se produjeron varios hechos en la últimas semanas: un ataque con misiles a una base norteamericana en Irak, con la muerte de un soldado yanqui, y el ataque de manifestaciones populares a la embajada yanqui en Bagdad, la capital de Irak. Estos hechos llevaron, según el comunicado del Pentágono de Estados Unidos, al bombardeo al aeropuerto:“Bajo la dirección del Presidente, el ejército de los EE.UU. ha tomado medidas defensivas decisivas para proteger al personal, al matar a Qasem Soleimani”.

Repudiamos el asesinato del general Qasem Soleimani y esta hipócrita declaración del ultra reaccionario Trump. Nadie fue a atacar a Estados Unidos. Es Estados Unidos el que continúa la ocupación militar parcial de Irak y se atribuye el “derecho” de bombardear su principal aeropuerto y producir una masacre. En estos momentos acabamos de recibir la noticia de que un nuevo ataque perpetrado por el ejército yanqui en Bagdad habría dejado varios muertos y heridos.

Sin tener ninguna coincidencia ni apoyo a la política de la República Islámica de Irán, ni del gobierno de Irak, repudiamos estos criminales ataques y los consideramos parte de la acción militar imperialista por someter a Medio Oriente a su dominio total. Llamamos a los trabajadores y pueblos del mundo a repudiar estos atentados y a luchar por el inmediato retiro de todas las tropas yanquis de Irak y de Medio Oriente, ya que sólo han traído genocidio y destrucción.

¡Fuera las tropas yanquis de Irak y Medio Oriente!

¡Repudiamos esta acción criminal determinada por el derechista Trump!

Unidad Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras (Cuarta Internacional)

Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda

04/01/2020

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